Este tipo de ARN, llamado CRISPR, tiene la capacidad de recordar el ataque de un virus, un poco como una vacuna.
La técnica de edición del genoma CRISPR-Cas9, a veces apodada «tijeras moleculares», permite modificar el genoma de los seres vivos, como copiar y pegar en un ordenador. Las tijeras moleculares imitan lo que hacen ciertas bacterias en la naturaleza: cuando son atacadas por un virus, estas bacterias capturan fragmentos del ADN de su atacante. Luego integran este ADN extraño en su propio genoma para crear una molécula de ARN cuya función es transmitir información genética del ADN a las proteínas. Este tipo de ARN, llamado CRISPR, tiene la capacidad de recordar el ataque de un virus, un poco como una vacuna. Si es atacada nuevamente, la bacteria podrá producir cadenas de ARN Crispr. Combinados con la proteína Cas9, funcionan como tijeras moleculares: reconocen el ADN del virus y lo cortan en el lugar deseado para neutralizar al intruso. Para reproducir este comportamiento en laboratorio, los investigadores utilizan una hebra de ARN, el ARN guía, que desempeñará el mismo papel que la molécula CRISPR. Para ello, combinan la proteína Cas9 con el ARN guía, que puede sintetizarse químicamente, y luego introducen esta solución acuosa en las células de interés. Los investigadores pueden así eliminar y reemplazar una secuencia de ADN por otra. La técnica CRISPR-Cas9 permite tratar enfermedades hereditarias como la anemia falciforme o crear nuevas variedades de plantas genéticamente modificadas.