La República Dominicana espera, desde ya, tener una participación activa en lo que sería su presencia número 17 en unos Juegos Panamericanos, cuya sede para el 2027 fue concedida a Barranquilla, Colombia.
En el desfile de cierre, celebrado en el estadio Bicentenario de la Florida, el presidente del Comité Olímpico Dominicano, Garibaldy Bautista encabezó la delegación, junto con Jorge Blas Díaz, jefe de misión, en la ceremonia que marcó el cierre del telón de los XIX Juegos Panamericanos de Chile, evento que se desarrolló con éxito.
Con una vistosa y majestuosa fiesta final, Chile se despidió de los Juegos con fuegos artificiales, eventos musicales y culturales, que al final tuvo como protagonista estelar al artista dominicano Prince Royce.
La delegación criolla culminó con una actuación satisfactoria, al acumular 32 preseas, la cuarta mejor cosecha en su historia, que incluyó ocho doradas, siete de plata y 17 de bronce. Estados Unidos alcanzó la mayor cantidad de preseas con 286, entre estas 124 doradas, 75 de plata y 87 de bronce.
Brasil ocupó el segundo peldaño con 205 metales, y México quedó en la tercera posición, con 142 medallas.
El país comenzará desde ya a preparar a sus atletas para el venidero ciclo olímpico, con la finalidad de mantener un buen status en los certámenes de esta magnitud.
En esta ocasión ocupó el undécimo puesto, luego de haber finalizado en el décimo lugar en Lima 2019.
Al comenzar la ceremonia de clausura, Chile hizo entrega a Barranquilla de los venideros panamericanos, evento que recibiría a 7 mil deportistas provenientes de 41 naciones.
En el estadio Bicentenario, el alcalde Jaime Pumarejo Heins y la ministra de Deportes, Astrid Rodríguez, recibieron de manos del presidente de Panam Sports, Neven Ilic Álvarez, la bandera de los Juegos para hacer oficial la próxima edición, que regresa a Colombia después de más de 50 años.
Desde ya se dio inicio al lema ‘En Barranquilla nos vemos’, con la motivación y la ambientación en Chile para que deportistas, delegaciones y turistas acompañen lo que será, en cuatro años, el desarrollo del segundo evento deportivo más importante después de los Olímpicos.