Alrededor de 1,000 adultos jóvenes, de 18 a 26 años, abandonan cada año el cuidado de crianza en la ciudad de Nueva York y gran parte de ellos corren el riesgo de quedarse sin hogar, no continuar sus estudios y terminar viviendo en refugios para desamparados.
“Como joven en cuidado de crianza, nunca sabes dónde terminarás, ni cómo terminarás. Pero ahora, tengo un espacio seguro para descansar, y en el corazón de Harlem, donde sales y te inspiras al instante. Planeo aprovecharlo al máximo”, comenta Vanessa Riley.
Esta joven estudiante se encuentra entre los residentes de la nueva torre residencial de 17 pisos en el corazón de Harlem, en donde se encuentran 70 jóvenes que abandonaron el cuidado de crianza y el sistema de refugios y se mudaron a 51 apartamentos de viviendas de apoyo, un programa llevado adelante por The New York Foundling y el estado de Nueva York.
Estos apartamentos totalmente amoblados y de renta asequible, no solo son una vivienda, sino que significan una llave que abre la puerta a servicios para apoyar su independencia. Allí reciben asesoramiento y terapia hasta tutorías y capacitación laboral.
Este programa tiene una tasa de éxito notable: en cada uno de los últimos cuatro años, el 95% de los jóvenes que han contado con estas residencias de apoyo, han hecho una transición exitosa, en dos años, para vivir de forma independiente. Ya sea en hogares a precio de mercado o con renta controlada.
“Así rompemos el ciclo de falta de vivienda de estos jóvenes”, dijo Melanie Hartzog, presidenta y directora ejecutiva de The New York Foundling, una de las organizaciones de servicios humanos más grandes y antiguas de la ciudad, la cual se creó hace más de 150 años, para atender a niños que corrían el riesgo de quedar marginados de la sociedad.
Además de este nuevo desarrollo de Harlem y con el apoyo del estado de Nueva York, The Foundling ya opera tres programas de vivienda de apoyo en Brooklyn, incluidos dos programas distribuidos en 20 edificios, que atienden a 40 jóvenes en 33 unidades de apartamentos.
De 48 jóvenes, 46 han dado el siguiente paso a una vida independiente en un plazo no mayor de 48 meses.
Un espacio propio
El ecuatoriano Erick Paucán, es coordinador de programas de esta organización. Una vez que los jóvenes entran al apartamento, desde ese mismo momento, él se encarga de ayudar a conseguirle empleo y conectarlos con oportunidades de estudios.
“Muchos de ellos jamás en su vida habían tenido un espacio propio. Generalmente vivían con mucha gente, en donde no se sentían seguros. Me hace muy feliz poder conectarlos con oportunidades para su desarrollo personal”, contó.
Este nuevo complejo de apartamentos es parte de un gran proyecto de desarrollo de uso mixto conocido como Urban Empowerment Center, en donde funcionará el museo y el instituto de la Liga Urbana Nacional, el Studio Museum de Harlem, el United Negro College Fund y la Virginia Union University.
Los socios de desarrollo del proyecto son BRP Companies, L+M Development Partners, Taconic Partners y The Prusik Group. El financiamiento del proyecto provino del estado de Nueva York, Goldman Sachs, Santander Bank y Redstone Equity Partners.
Tendencias asombrosas
Muchos jóvenes que dejan los centros de cuidado de crianza, corren el riesgo de quedarse sin hogar y enfrentan obstáculos para encontrar vivienda, conseguir empleo, terminar la escuela y construir un sistema de apoyo que los guíe hacia adelante.
Como destaca en su balance una publicación del Albany Medical College “las razones por las que un niño puede terminar en un hogar de acogida son muchas: padres no aptos, hogares abusivos o problemas de conducta complejos”.
Si los niños colocados en el sistema de cuidado de crianza, no se reúnen con sus familias cuando son pequeños, casi siempre tienen que enfrentar grandes desafíos para envejecer.
Las tendencias estadísticas para los niños que se quedan solos, son asombrosas.
“Entre el 18% y el 26% terminarán en refugios para personas sin hogar y aproximadamente el 50% no podrán encontrar un empleo estable”, confirma este estudio.