Andrea Bocelli: 30 años de trayectoria encapsulados en una noche de ensueño

Andrea Bocelli: 30 años de trayectoria encapsulados en una noche de ensueño

Entre las luces, la música y la fortuna de una luna llena, Andrea Bocelli ofreció un espectáculo sonoro que quedará imborrable en el corazón de los dominicanos como una noche completa de ensueño y deleite.

A las nueve en punto de la noche en el Estadio Olímpico, se dió inicio a la exquisita interpretación musical de “Farandole Orchestra, de L’arlesienne” por parte de los más de 70 músicos que conforman la Orquesta Filarmónica de Santo Domingo, quienes estuvieron bajo la dirección orquestal de Amaury Sánchez en esa primera aparición, sin embargo, durante el resto del evento estuvieron bajo la batuta y directriz del maestro Carlos Bernini.

Andrea Bocelli hizo su gran entrada al escenario con “La Donna e Mobile”, una de las arias más importantes y emblemáticas de la música Italiana cobraron vida en la voz del legendario intérprete. Esta pieza, habría sido compuesta por uno de los maestros por excelencia del romanticismo clásico: Giuseppe Verdi. Siguiéndole a esta, el artista cantó las notas célebres de “La Mia Letizia Infondere”, otra de las piezas de Verdi.

Andrea Bocelli describió como "un artista muy querido en su corazón" a su hijo Matteo Bocelli, con quien interpretó "Fall On Me". Además los acompañaron más de 70 músicos de la Orquesta Filarmónica de Santo Domingo dirigidos por el maestro Carlos Bernini.

Andrea Bocelli describió como «un artista muy querido en su corazón» a su hijo Matteo Bocelli, con quien interpretó «Fall On Me»FOTO: FUENTE EXTERNA

En esta tercera entrega, hace acto de presencia la reconocida soprano cubana María Aleida, quien deslumbró al público en su interpretación de “Me llaman la Primorosa” y “Pour Mon Amé”. Para después compartir escenario con Bocelli en una presentación que acogió la emoción del público con “Tace Il Labbro”.

Esta última pieza que fue la antesala para poder dar paso en el espectáculo al flautista italiano Andrea Griminelli, quien cautivó a los allí presentes con uno de los clásicos por excelencia: “Czarda” que en realidad, es una forma musical que se caracteriza por variaciones en el tempo y compases, lo que aumenta su dificultad y ejecución, pero una vez masterizado, se convierte en un goce auditivo.

La noche siguió engalanada, esta vez con una de las arias más icónicas de la Ópera La Traviata, obra que provocó controversia en la alta alcurnia italiana del año 1853, siglo XIX, ya que, a pesar de su hoy gran popularidad, fue un objeto de “burla” en su momento; “Libiamo ne’lieti calici” o mejor conocida como “Brindis”, es una de la piezas más trascendentales de esta obra, y fue también la elección de Andrea Bocelli y María Aleida de continuar a dúo con la velada.

El segundo tiempo estuvo caracterizado por un repertorio más popular e internacionalizado. Se retomó la noche con la interpretación por parte de la Orquesta Filarmónica de “Medley”, canción de Leonard Bernstein, tomada de uno de los musicales con más impacto del 2021 “West Side Story”.

El repertorio también incluyó otras joyas de la música popular, como «Amapola», interpretada por el tenor en español, lo que generó una conexión especial con los espectadores, ya que hasta ahora sólo habría cantado temas en Italiano, su lengua natal. “Granada” se unió a la lista acompañada de un impecable baile en pareja en la escena; seguida de la magnifica presentación de “American Themes” quien fue protagonizada por Carolina Rial, una artista pop de tan sólo 19 años que conquistó al público con su voz y habilidad en el escenario.

La emoción salió a relucir ante el público cuando sonaron las primeras notas de “Vivo Per Lei” al igual que con “Canto della Tierra”. Sin embargo, el momento de mayor entusiasmo yque acogió mayor ternura, fue la llegada al escenario de a quien Andrea describe como “un artista muy querido en su corazón”, tratándose de Matteo Bocelli, su hijo, quienes juntos interpretaron “Fall On Me”, la primera colaboración entre ambos lanzada en 2018 que celebra el amor entre padre e hijo.

El concierto fue un viaje a través de diferentes épocas y ritmos musicales, donde además de que los instrumentos se fusionaran armoniosamente con la virtuosa voz del tenor, también resultó ser una experiencia visual repleta de imágenes cargadas de historia en la pantalla grande que acompañaban las piezas en el escenario, ornamentado de impecables y placenteras piezas de baile.

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