Lisandro Meza, pilar del vallenato en Colombia, falleció en las últimas horas de este sábado, 23 de diciembre. El cantante y compositor murió a sus 86 años, después de permanecer internado seis días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la Clínica La Concepción, de Sincelejo
El centro médico confirmó el fallecimiento a través de un comunicado oficial, firmado por el gerente general de la Clínica, Guillermo Ruíz.
¿QUIÉN ERA LISANDRO MEZA?
A Meza se le recuerda por su época de esplendor en Los Corraleros de Majagual y los años que vinieron como líder de diferentes agrupaciones -la más famosa es la que lleva el nombre de su esposa: Los Hijos de la Niña Luz-. Pero su trayectoria empezó mucho antes de El polvorete, Las tapas y Baracunátana.
Y tampoco se quedó solo con el acordeón, su talento dio para que dominara múltiples instrumentos. Piano, guitarra, bajo, tiple, cuatro, tumbadora, caja y gaita figuran en su lista de habilidades. Y también fue guarachaquero, y raspando este instrumento acompañó en sus correrías a Alejo Durán. “Le aprendí tantas cosas -diría del primer rey vallenato-. Me enseñó a ser respetuoso, a querer la música, a tocar con juicio y con gusto. Eso era lo que tenían los juglares”.
Y tampoco se quedó solo con el acordeón, su talento dio para que dominara múltiples instrumentos. Piano, guitarra, bajo, tiple, cuatro, tumbadora, caja y gaita figuran en su lista de habilidades. Y también fue guarachaquero, y raspando este instrumento acompañó en sus correrías a Alejo Durán. “Le aprendí tantas cosas -diría del primer rey vallenato-. Me enseñó a ser respetuoso, a querer la música, a tocar con juicio y con gusto. Eso era lo que tenían los juglares”.
Aprendía de los juglares, pero en su cabeza había un hambre de innovación, de experimentar con instrumentos y sonidos y eso fue precisamente lo que le abriría puertas de grandes agrupaciones. Lisandro Meza, joven, ya sabía interpretar, con sus marcadas diferencias, la cumbia, el porro, el paseo y el vallenato. Su desbordado talento hizo que lo llamaran a reemplazar a Aníbal Velásquez -otro grande de la música caribe colombiana- en el grupo Los Vallenatos del Magdalena. Según su biografía oficial, en la página de Café Records, se explica que ni eran vallenatos ni del Magdalena, sino barranquilleros -Carlos y Roberto Román- que vieron en ese nombre un gancho para atraer público.
Con ellos hizo su primera grabación, en 1953: El aroma de las flores, seguida por Adiós, Dolores. Meza la grabó en ritmo de guaracha, innovando con el sonido de acordeón. Reclamaba haber sido el primero, incluso antes de que Aníbal Velásquez adoptara ese formato y se convirtiera en nuestro Rey de la Guaracha.
No tardó mucho en armar su propia agrupación: Lisandro Meza y sus Alegres Muchachos. Con ellos llegó a medios de comunicación que eran sumamente importantes para la época. Presentó otras canciones pegajosas como El cocacolo cabellón y El muchacho alegre. Ya en él figuraba ese gusto por interpretar ese doble sentido jocoso que le imprimiría a los que serían sus más grandes éxitos y que estaban por venir.
Lisandro Meza era un ídolo del acordeón y en 1969, conocedor de los numerosos ritmos folclóricos, decidió aventurarse a participar en el Festival Vallenato. Un año atrás, su antiguo maestro, Alejo Durán se había coronado como primer rey vallenato, él también quería esa hazaña.