Por MIGUEL ESPAILLAT GRULLON
1 – El pasado domingo 17 del mes en curso, los diarios traen en sus portadas la noticia siguiente: “El expresidente de EE.UU. Donald Trump (2017-2021) promete deportación masiva desde su primer día en el cargo en caso de ser reelegido. Y abundó, voy a parar la invasión por la frontera sur y comenzaré la más grande y masiva operación de deportación en el país y restauraré la prohibición a viajeros extranjeros que no estén de acuerdo con la política estadounidense y la de Israel.
2 – Señor Trump, si usted o cualquier otro personaje que llegue a la Casa Blanca quiere darle solución definitiva a la migración de miles de personas paupérrimas que tratan de llegar a los Estados Unidos, lo primero a conocer es el principal motivo de esa migración, que no es más que el empobrecimiento generalizado de esos países, a causa, primero, por las políticas colonialistas europeas iniciadas en 1492 y luego por los imperialismos, principalmente el estadounidense, iniciado a partir de la creación misma de los Estados Unidos el 4 de julio de 1776, sobre la base del Destino Manifiesto, la Doctrina Monroe y su Corolario Roosevelt, el Gran Garrote, la Doctrina de seguridad nacional, la Doctrina Truman y un largo etc.
3 – Aquellas políticas colonialistas y las posteriores imperialistas están bien documentadas. Las grandes transnacionales de las susodichas potencias, a partir de 1492 han estado saqueando inmisericordemente a todos los países de América Latina (México, América Central, Suramérica y el Caribe), a toda África y a Oriente Medio, como es el caso de Siria. De hecho, las grandes emigraciones que últimamente se han dado hacia Europa, son producto de las devastadoras guerras imperialistas contra Siria y Líbano. Y las grandes emigraciones desde Cuba, Venezuela, Honduras y Guatemala, tienen su origen en la política exterior de los Estados Unidos hacia esos países a los cuales les destruyen sus economías para que pasen hambre y todo tipo de calamidades, con bloqueos, sanciones e imposiciones macabras de todo tipo.
4 – Las primeras compañías saqueadoras fueron las mineras. Existen registros que dan cuenta que entre 1503 y 1660 llegaron a España unos 185.000 kilos de oro y diecisiete millones de kilos de plata extraídos sólo de Bolivia; y de México y Perú se habla de 200 toneladas de oro, y de plata una cantidad astronómica, con lo que España se convirtió en el país más poderoso de Europa.
5 – Para justificar la extracción del oro y la plata de América, los españoles evocaron principios teológicos. Esto sucedió como lo cuenta Eduardo Galeano: “Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: «Cierren los ojos y recen», Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia.” Y lo hacían para “cristianizar” a los indios, para que estos no murieran en la ignorancia y moros, con lo que el ascenso al cielo prometido, quedaba plenamente garantizado.
6 – Después vinieron otras transnacionales sedientas de grandes extensiones de tierra para sembrar guineo, caucho y otros rubros. En estas vorágines de luchas, el Congo Belga fue víctima del despiadado Leopoldo II. Para sembrar caucho, cacao y café, y para usarlos en la minería, este rey esclavizó a todos los nativos, unos 20 millones, de los cuales mató por exceso de trabajo unos 10 millones. Leopoldo usaba cortar las manos a quienes no cumplieran con la cuota de caucho o de oro asignada. Por otro lado, aquí en nuestra América, los imperialistas saciaron su sed de tierra apropiándose de millones de tareas para sembrar guineo y otros rubros. Costa Rica, Nicaragua, Guatemala, Ecuador, Honduras y El Salvador saben muy bien lo que significó para ellos la bananera, United Fruit Company.
7 – Posteriormente vinieron las petroleras y las gasíferas, ya no con la Biblia, sino con fusiles y cañones en barcos de guerra; y a sangre y fuego se establecieron en toda África, y en toda América y en parte de Asia. Y surgieron como los nuevos monstruos que chupaban la sangre y la dignidad de los hombres a quienes mataban y pisoteaban. Y de la tierra sacaban por toneladas sus metales preciosos y ríos de sangre negra, que embarcaban y embarcan por millones de barriles.
8 – Hablo de los grandes emporios petroleros y gasíferos estadounidenses, dígase la Exxon Mobil (antigua ESSO) la Chevron (antigua Texaco) la ConocoPhillips, la Corporación de Petróleo Abraxas, Recursos Eog, Marathon Petroleum Corporation (MPC) (antigua Marathon Ashland Petroleum LLC), Pioneer Natural Resources, El Paso Natural Gas Company, y los emporios europeos, Shell, BP, Total Energies, Eni, Equinor y Repsol, dicho sea de paso, estas compañías, en tan solo tres meses, después del inicio de la guerra en Ucrania, han ganado más de 25.000 millones de dólares, pese a la baja del crudo y la problemática de la guerra.
9 – Y siguieron llegando otras transnacionales al ritmo del crecimiento de la ciencia y la tecnología, con elementos más sofisticados para hacer el saqueo más efectivo y cercano a una obra de arte. El internet, los algoritmos, el uso de la Inteligencia Artificial (IA), y sus satélites a miles de kilómetros de distancia de la tierra, le permite a esta gente, un dominio milimétrico del mundo en todos los niveles. Con estas herramientas investigan milimétricamente cuales y cuantos recursos naturales hay en cualquier país allende a sus mares. Además, saben de todos nosotros, dónde estamos y que hacemos. Todo para dominio del ser humano y control total de países y gobiernos. Con estas tecnologías, nos pueden matar con un misil a precisión accionado desde mil kilómetros de distancia, tal como mataron a Qasem Soleimani, el militar más poderoso de Irán.
10 – En todas estas acciones imperialista para saqueo y dominio, se cuecen golpes de Estado, invasiones, guerras, sanciones, bloqueos económicos y financieros, limpiezas étnicas e imposición de sistemas de gobiernos que nos venden para dizque fortalecer la democracia, pero que a la larga todo resulta en un vil engaño como ha sido con el caso del neoliberalismo, con el cual hacen el saqueo más sofisticado con sus privatizaciones, fideicomisos, alianzas públicas-privadas, capitalizaciones, y todo lo que se antoje con ese modelo económico que solo busca establecer un mundo unipolar y cosificar al ser humano.
11 – Este es el cosmos darwiniano del más fuerte, donde todas las transnacionales son monopolios o grandes oligopolios, que tienen en sus manos el control de todo lo que ya es indispensable para la existencia del hombre en esta tierra. Hablo de petróleo, gas, metales de todo tipo, los rubros con que nos alimentamos, la electricidad imprescindible para todas las industrias (textiles, fábricas de carros, aviones, barcos, motores, enseres eléctricos, tv, radio, computador, celular, bombillas, lavadora etc.). Hablo de todas las transnacionales, incluyendo las de la comunicación, con sus cadenas de radio y televisión, manejadas a través de redes globales de internet, con las cuales nos manipulan para hacer diabluras en un planeta interdependiente, donde ya la vida se hace imposible, sino muy difícil, sin que tengamos acceso al disfrute de los bienes y servicios que nos brindan estas transnacionales.
12 – La cuestión es, que los dueños de estos emporios, con tan grande poder, se han erigido en los nuevos dioses. Y se han corrompido y engreído, para entrar en competencia con los dioses del olimpo griego y hasta juegan a tener el poder del hijo del hombre.
13 – En estas aberraciones han olvidado, que polvo somos y que en polvo nos convertiremos. Al efecto, actúan para destrucción de sí mismos, de sus congéneres y del hábitat que nos alberga sobre la faz de la tierra. Por eso el cambio climático, que ya es atroz. Sin piedad se emplean en llevar guerras a todos los confines de la tierra con la que matan millones de seres humanos, entre ellos un porcentaje elevado de niños. Y causan hambrunas, destrucciones a infraestructuras básicas, generan millones de desplazados y otros tantos de viudos y viudas, huérfanos y mutilados. Y si la guerra no es la opción, entonces vengan las sanciones, los bloqueos económicos y financieros letales para destruir economías e impedir que lleguen alimentos y medicinas para doblegar por hambre y miseria. Es la dictadura global de los nuevos césares en esta tierra.
14 – A estas tierras así destruidas, cuyos habitantes se ven obligados a emigrar para salvar sus vidas matadas lentamente por hambre y miserias, Donald Trump les llamó “países de mierdas, de delincuentes, de criminales, de violadores, y que son quienes traen drogas a los EE.UU.
15 – La realidad que genera la emigración que nos ocupa, jamás podrá ser conjurada si se pretende resolver con los evangelios imperialistas de Donal Trump, Henry Kissinger, Luis Posada Carriles, Otto Reich, John Negroponte, Roger Noriega, John Mc Cain, Milton Friedman, Francis Fukuyama, Donald Rumsfeld, Condoleezza Rice, George Soros, Jorge Mas Canosa, los Bush, Joe Biden, Mike Pompeo, Eliot Abrams, Marshall S. Billings lea, John Bolton, Hillary Clinton, Mario Vargas Llosa, Jorge Ramos, Jaime Bayly, Fernando del Rincón, Carlos Alberto Montaner y Plinio Apuleyo Mendoza entre miles, o millones que confiesan con los evangelios de la guerra, las sanciones y bloqueos de todo tipo. También, los evangelios de la OTAN pertenecen a este grupo inaceptable.
16 – Tampoco son la solución los evangelios de Fulgencio Batista, de Trujillo, Balaguer, Duvalier padre e hijo, de René Barrientos, de Hugo Banzer, de Jorge Ubico, de los Somoza, de Maximiliano Martínez Hernández, de Efraín Ríos Montt, de Alfredo Stroessner, de Fortunato Galtieri, de Humberto Castello Branco, de Artur Costa e Silva, de Emilio Garrastazu Médeci, de Ernesto Geisel, de Joao Baptista Figueiredo, de Fernandino Marcos, de Sadam Hussein, de Mohammad Reza Pahlavi (el Sha de Irán), de Suharto, de Idi Amin Dadá, de Jonas Savimbi, de Sese Seko Mobutu, de Joseph Kabila, de Sani Abacha, de Olusegun Obasanjo, de Samuel Kanyon Doe, de Teodoro Obiang entre otros genocidas.
17 – Claro, tampoco son la solución los evangelios de Mao Tse-Tung, de Joseph Stalin, de Pol Pot y bestias semejantes.
18 – Ninguno de ellos guarda los Diez Mandamientos dados por Dios a Moisés; ni execran los siete pecados capitales, ni reniegan de las seis cosas que aborrece Jehová, ni de las siete que abomina su alma. Si no hay una vuelta al cumplimiento de los dos máximos mandamientos en que se fundan toda la ley y los profetas (“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Amarás a tu prójimo como a ti mismo), jamás habrá paz en este mundo, sino, irremisiblemente, el Armagedón cada vez más cerca.
El que tenga oídos, que oiga…