Por: Javier Fuentes.
Después del Apóstol Pablo conocer a Cristo y Martín Lutero, siglos
después; y descubrir la Gracia de Dios en la Justificación y obra
redentora de la cruz; leyendo Lutero el libro de romanos comprendió por
medio de la expiación vicaria de Cristo que solo esa sangre derramada era
suficiente para la Gracia Salvífica.
Reconociò, Martín, que Jehova es un Dios de amor y misericordia, dado
que Lutero creía era vengativo y rencoroso.
Más tarde es Juan Calvino quien desarrolla la doctrina de la “depravación
total” en la que demuestra que Dios no tenía porque librarnos del castigo
y se entiende mejor la obra sustitutiva de Jesús.
Al leer Martín Lutero la epístola a los romanos; entendió la bondad de que
el castigo que debimos pagar siendo pecadores, cayó en la espalda del
Cordero Inmaculado.
Ambos, Pablo y Martín, descubrieron, por espacios distantes en la línea de
tiempo, que solo la muerte sustituta de Cristo era suficiente ante los ojos
y la presencia de un Dios Santo para obtener la salvación por medio de la
gracia: un don gratuito e inmerecido.
Por ello Pablo dijo: "Para mí el vivir es Cristo y el morir ganancia"
(Filipenses 1:21).
Para “vivir” o dejar claro que significa Jesús en nuestra vida, esta
expresión del Apostol Pablo debe ser la respuesta en nuestra mente y
acciones reflejando que tenemos que guiarnos por lo que Cristo estableció
como ejemplo de llevar una vida buscando la santidad sin importar lo que
nos pueda pasar o lo que podamos perder incluyendo hasta nuestra vida.
El mismo Jesús dijo: “que el que pierda su vida por causa de mi nombre
la ganará”
Todas las denominaciones cristianas entienden que Cristo Jesús es la
palabra angular, es la roca inconmovible, el pilar eterno, nuestra fortaleza
y cimiento, no hay otro.
Cierto es decir que existen sectas como los testigos de Jehova que
aunque son protestante y nacieron de una denominación cristiana se
desvincularon de Jesús como el dador de la vida y les otorgan una
existencia no consustancial con el Padre.
Los unicitarios también han tomado la “teoría arriana” para desconocer
una gran verdad bíblica de la preeminencia de Cristo. “ Porque en él fueron
creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la
tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados,
sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes
de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten.(Colosenses 1:16-17,
rv60).
Con los católicos tenemos en común este punto: “la Santísima Trinidad”,
pero de ellos nos aparta las “imágenes y su adoración a ídolos, la doctrina
Mariana, el culto a los muertos, la doctrina del purgatorio, el agua
bendita, la incorporación de los libros apócrifos al canon, la
transubstanciación, el perdón de los pecados por un hombre y, la
salvación obras-gracia”.
Para el evangélico cristiano solo Cristo, como dijo Pablo; "el vivir es
Cristo".
Los evangelios sinópticos nos dan el fundamento de que Cristo es “el
camino, la resurrección y la vida”, fuera de él no existe nada. "Todo fue
hecho por él, para él y él es quien lo sustenta todo".
Como cristiano evangelico solo tenemos y reconocemos dos sacramentos:
1) el bautismo en el agua después del nacimiento y tener 12 años dado
su fe y conversión a Jesús, (por qué qué sentido tiene bautizar un niño de
meses, quien aún no tiene conciencia del bien y el mal). Y 2) la eucaristía
o Santa Cena. Dos mandatos de Jesús.
En conclusión: la Justificación por la Gracia; es la base en la que se
sustentadò Martín Lutero para desarrollar las 95 tesis, clavarla en la
“iglesia de todos los santos en Wittenberg” y confrontar teológicamente
las herejías doctrinales que dieron como resultado el proceso de reforma
protestante para ser lumbre en la tierra.
Así que, amigos y amigas espero que él que haya leído entienda.