Los político ven las cosas con el lentes que ellos tienen

Los político ven las cosas con el lentes que ellos tienen

Por Nelson Rojas

En la República Dominicana, muchas veces se observa una tendencia a enfocarse en lo que falta, en lugar de valorar lo que se tiene. Esta actitud puede generar un sentimiento de insatisfacción constante y un desasosiego que afecta la calidad de vida de los ciudadanos. Aunque es natural aspirar a un futuro mejor, es crucial encontrar un equilibrio entre la ambición por el progreso y el reconocimiento de las bendiciones presentes.

La aspiración de mejorar es un motor poderoso que impulsa a las personas a luchar por sus sueños y metas. Sin embargo, esta lucha a menudo se ve empañada por una visión negativa de la realidad. La frase de Bobonny resuena aquí: «los políticos ven las cosas con el lente que tú tienes». Esto sugiere que la percepción de la realidad está profundamente influenciada por la perspectiva individual, y que a menudo, los líderes políticos pueden estar desconectados de las necesidades y aspiraciones del pueblo.

La política en la República Dominicana, como en muchos países, puede verse a través de un prisma de promesas incumplidas y expectativas no satisfechas. Los ciudadanos, al sentir que sus voces no son escuchadas, pueden caer en un ciclo de desilusión. Esto lleva a un enfoque en lo que no se tiene: mejores servicios públicos, oportunidades laborales, educación de calidad y una vida digna. Sin embargo, este enfoque puede oscurecer los logros y recursos disponibles que, aunque limitados, pueden ser la base para un cambio positivo.

Es fundamental que los dominicanos aprendan a valorar lo que poseen: el calor de la comunidad, la riqueza cultural, la resiliencia y la capacidad de innovar. Al reconocer y apreciar estos aspectos, se puede construir una base sólida para la lucha por mejores condiciones de vida. Además, cultivar una mentalidad de gratitud puede empoderar a las personas a tomar medidas proactivas en lugar de quedarse atrapadas en la queja.

Quiero concluir que, aunque aspiremos a un mejor futuro es esencial, es igualmente importante valorar lo que se tiene. La lucha por el progreso debe ir acompañada de un reconocimiento de las virtudes y recursos presentes en la vida cotidiana. Solo así se podrá construir un camino hacia un futuro más prometedor, donde la perspectiva colectiva de la comunidad se alinee con las aspiraciones individuales, creando un espacio para el crecimiento y la prosperidad compartida.

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