La Navidad es tradicionalmente un tiempo de celebraciones, de compartir en familia y de reflexionar sobre logros y aspiraciones. Sin embargo, para la base del Partido Revolucionario Moderno (PRM) en su más de dos décadas de existencia, este período festivo podría verse teñido de desilusión y melancolía. A medida que se aproxima la temporada navideña, los sentimientos de frustración y abandono persisten entre quienes han apoyado al partido desde sus inicios
Desde su fundación, el PRM ha logrado consolidarse como una fuerza política significativa en el país. Su base, composta por ciudadanos que anhelan un cambio y una administración más responsable, ha sido leal a lo largo de los años. Sin embargo, a pesar de esta lealtad, muchos de sus seguidores se sienten como si estuvieran sentados en la banca, esperando su turno «al bate» para que sus necesidades y preocupaciones sean atendidas.
La llegada al poder del PRM en 2020 despertó un torrente de esperanza entre sus seguidores. Promesas de reformas, un gobierno transparente y un enfoque renovado en la equidad social llenaron el aire de optimismo. Sin embargo, con el paso del tiempo, la desilusión ha ido ganando terreno. Las expectativas no cumplidas y la falta de atención a los problemas que enfrentan las comunidades más vulnerables han llevado a que la base se sienta relegada.
Los miembros de la base del PRM esperaban un gobierno que realmente los escuchara, que se comprometiera a trabajar en pro del bienestar de todos y no solo de una élite. Con el horizonte sombrío de la desigualdad económica y las promesas incumplidas, la atmósfera navideña se siente más pesada que nunca.
A medida que se acerca la Navidad, muchos miembros de la base del PRM sienten que es esencial que el partido reevalúe su relación con ellos. No es solo cuestión de repartir regalos y palabras amables; se trata de un compromiso genuino. La necesidad de una comunicación clara y un enfoque en las políticas que realmente impacten la vida cotidiana de las personas es más urgente que nunca.
La base pide ser parte activa en las decisiones que les afectan. Es fundamental que se abran espacios de diálogo donde sus voces puedan ser escuchadas. La participación ciudadana no solo debe ser un lema, sino una práctica diaria que defina el rumbo del PRM.
En un contexto político tan complejo, es fácil perder de vista a quienes forman el núcleo de un partido. La Navidad, aunque tradicionalmente un tiempo de paz y alegría, puede convertirse en un recordatorio de lo que se ha perdido y lo que se necesita recuperar. La base del PRM espera un futuro donde sus ideales y esperanzas no queden relegados al olvido, y donde se les brinde una oportunidad real para ser parte de la construcción de un país mejor.
En esta temporada navideña, el llamado no solo es a iluminar los hogares, sino también a encender las luces de la esperanza y la justicia social. La verdadera celebración llegará cuando la base del PRM sienta que su voz y su lucha han sido valoradas y, sobre todo, respondidas.