«Ellos (Estados Unidos) las llaman sanciones, nosotros las llamamos condecoraciones», afirmó el mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, desestimó este jueves las sanciones impuestas por Estados Unidos contra 21 funcionarios de su administración, calificándolas como “condecoraciones” a quienes considera patriotas.
Las medidas, que incluyen el bloqueo de bienes en territorio estadounidense, fueron anunciadas tras acusaciones de “represión” y presuntos intentos de manipular las elecciones del pasado 28 de julio, donde Maduro fue proclamado vencedor a pesar de que las actas oficiales recogidas y publicadas por la oposición demuestran la victoria del opositor Edmundo González.
“Ellos las llaman sanciones, nosotros las llamamos condecoraciones”, afirmó Maduro durante un programa transmitido por la televisión estatal VTV.
El mandatario agregó que estas medidas son un reconocimiento a quienes “luchan, no traicionan y avanzan” en favor de la “revolución bolivariana”.
Entre los sancionados destacan Freddy Ñáñez, ministro de Comunicación, y Aníbal Coronado, ministro de Despacho de la Presidencia, quienes se unieron a las declaraciones de Maduro.
Ñáñez ironizó sobre las sanciones diciendo que luchará para que no le quiten esa “condecoración”, mientras Coronado aseguró sentirse “feliz” y acusó a EE.UU. de intentar “silenciar a los defensores del chavismo”.
Los sancionados
Este jueves, la Asamblea Nacional de mayoría oficialista aprobó la creación de una ley para otorgar una “excelentísima y alta condecoración” propuesta por Maduro, con el objetivo de honrar a los funcionarios sancionados, entre ellos América Pérez, segunda vicepresidenta del Parlamento.
Las sanciones incluyen a otros funcionarios de alto rango, como el ministro de Servicios Penitenciarios, Julio García Zerpa, y diversos militares y directivos de instituciones estatales.
Según el Tesoro estadounidense, estas medidas son parte de un esfuerzo continuo para sancionar “acciones antidemocráticas” del gobierno venezolano.
En respuesta, el régimen chavista emitió un comunicado en el que rechazó “en los términos más enérgicos” las “medidas coercitivas unilaterales”, calificándolas de ilegítimas e injerencistas.
El texto reafirmó que Venezuela “jamás podrá ser doblegada” por Estados Unidos.
Hasta la fecha, Washington ha sancionado a 150 funcionarios venezolanos y a más de 100 entidades relacionadas con el régimen de Maduro.
Las sanciones incluyen restricciones financieras y la congelación de activos como parte de la estrategia estadounidense para presionar un cambio democrático en el país caribeño.