En plena Semana Santa, algunos feligreses con un estatus migratorio irregular es probable que prefieran no acudir a espacios de culto religioso
Precisamente el pasado viernes, en las vísperas de Semana Santa, la conmemoración cristiana de la Muerte, Pasión y Resurrección de Jesús, una jueza federal respaldó a la Casa Blanca en una demanda presentada por varias organizaciones religiosas, que solicitaba bloquear la orden ejecutiva del pasado 21 de enero, emitida por Donald Trump, para abrir paso a las redadas migratorias en iglesias y lugares de culto.
Ya en la Gran Manzana, algunas iglesias cristianas como la St Paul and St Andrew, de Manhattan, desde el pasado mes de enero, tenían un mensaje claro en su puerta principal: El ingreso de ICE no es permitido.
Ahora se espera que las autoridades de espacios religiosos, en donde además funcionan programas de ayuda a inmigrantes indocumentados, sigan reforzando su acción de protección e información, para impedir que los federales, puedan eventualmente irrumpir, sin una orden judicial.
“Esto nos obliga a pensar en otras acciones. Aunque honestamente, no tenemos registros en la Gran Manzana de arremetidas recientes a nuestros templos”, dijo una fuente no oficial de la Arquidiócesis de Brooklyn.
En los hechos, de acuerdo con la consulta de El Diario, a varias organizaciones de defensa a los inmigrantes, a la fecha no se han reportado incidencias de ingreso de La Migra, a templos o servicios religiosos de la ciudad de Nueva York.
“Aunque no hay ninguna garantía real, absoluta y racional, que no pueda suceder”, coinciden varios portavoces.
Durante tres décadas, una política federal restringió las operaciones de oficiales de migración en iglesias, escuelas y hospitales. Sin embargo, la administración Trump la revocó en enero, sembrando el temor entre los feligreses, sobre si es seguro o no asistir a su iglesia. Las acciones judiciales no han podido detener esta orden.
“Veré todo por internet“
Ahora, lo que sí es difícil será proyectar, qué efecto tendrá esta orden judicial, que “abre la puerta” del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) a los templos, en las convocatorias a las normalmente multitudinarias ceremonias de este Jueves y Viernes Santo.
Lo que sí está claro, de acuerdo con testimonios aislados de personas con órdenes de deportación, es que se podría crear una capa adicional, al espeso clima de temor entre las comunidades hispanas indocumentadas, cuyos hábitos han cambiado mucho en las últimas semanas.
“Normalmente a mí me gusta venir a la misa del domingo de resurrección. Yo como católico, prefiero celebrar la vida y no la muerte. Pero este año, honestamente, lo estoy pensando, porque la iglesia Guadalupe, a donde normalmente voy, se llena mucho. Y yo sin papeles, y con una orden de deportación. No quiero exponerme. De hecho, ya casi ni salgo. Solo a lo básico”, comentó ‘Javier’, un mexicano de 65 años, de los cuales 35, los ha vivido en la Gran Manzana.
Javier recuerda que las últimas Pascuas, que no asistió a la iglesia en honor a “su patrona”, ubicada en el Bajo Manhattan, fue durante los cierres por la pandemia de COVID-19.
“Simplemente asumo que hay una nueva pandemia. Y sigo las actividades por internet o por televisión”, agregó.
“Dios no diferencia”
Asimismo, la colombiana Rosita Rodríguez asistió este Miércoles Santo a los servicios de la Iglesia Santísima Trinidad de Manhattan, con mucha fe y alejada de cualquier temor. En su opinión más que miedo, es momento de “aferrarse más a Dios”.
“Dios no diferencia entre los que tienen y los que no tienen papeles. Y ese debe ser el mensaje que el presidente Trump debe oír. La gente de fe y de bien, vamos a seguir viviendo nuestras vidas”, comentó.
Un nuevo informe publicado por World Relief, conjuntamente por asociaciones religiosas de diferentes denominaciones, estima que 1 de cada 18 evangélicos y uno de cada cinco católicos en todo el país, es decir un promedio de uno de cada 12 cristianos, corren el riesgo de ser deportados, o de perder a un ser querido, debido a las actuales políticas migratorias.
Hasta el 80% de las personas, potencialmente en riesgo de deportación, son cristianos, según el informe.
Alcalde: no tengamos miedo
Hasta ahora, el estatuto de ‘Ciudad Santuario’ de la ciudad de Nueva York, se mantiene intacto en todas sus letras, el único cambio es que la semana pasada, el alcalde Eric Adams a través de una orden ejecutiva abrió paso a la instalación de una oficina de ICE en la cárcel de Rikers Island, en Queens.
En entrevista con exclusiva con este medio, el mandatario municipal refirió: Miremos los hechos. Aquí en la ciudad ni un solo agente de ICE, ha ido a nuestras escuelas, ningún agente ha ido a lugares de culto, no ha habido redadas en hospitales. Nadie ha ido a sacar gente de los trabajos. Eso no está pasando en la ciudad, pero hay gente que sigue alimentando ese miedo.
Agregó que NYC apoya a la gente que no quiebra la ley, y a quienes obedecen las normas.
“Siempre vamos a ser así. Pero, si alguien comete un crimen, si alguien hace algo ilegal, vamos a colaborar con todas las agencias del orden para manejar los comportamientos criminales. Pero ese no es el caso de la vasta mayoría de personas sin papeles. Bajémosle al nerviosismo, dejemos de mandar mensajes negativos”, exhortó.
“No son objetivos especiales”
Detrás de la confirmación de organizaciones de defensa comunitaria, las cuales reiteran que no han conocido sobre incidencias con ICE, en espacios religiosos de Nueva York, también la jueza de distrito de Washington, Dabney Friedrich, quien se negó a conceder una orden preliminar que prohibiera la presencia de las agencias federales en iglesias y templos subrayó “que no hay evidencia que demuestre que los lugares de culto, estuvieran siendo señalados como objetivos especiales”.
Friedrich concluyó que “solo se habían llevado a cabo, unas pocas acciones de control migratorio, en iglesias u otros lugares de culto o en sus alrededores”.
Sin embargo, más de una docena de organizaciones demandantes, siguen argumentando que la política viola el derecho a practicar su religión.
Se especifica en la solicitud de los lideres religiosos, que desde que Donald Trump retomó la presidencia en enero, en algunas localidades del país, ha disminuido significativamente la presencia de feligreses, con algunas zonas, mostrando caídas porcentuales de hasta dos dígitos de asistentes, señalan medios nacionales.
Solo un caso documentado
Solo está documentado un caso de este año, en el cual ICE ha actuado en un espacio religioso. Pasó cuando agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas arrestaron al hondureño, Wilson Rogelio Velásquez Cruz, durante un servicio en la Iglesia Fuente de Vida en Tucker, una localidad cercana a Atlanta.
El centroamericano se encontraba con su esposa y sus tres hijos en la iglesia, cuando su tobillera GPS de inmigración, empezó a sonar. Cuando salió del servicio religioso, agentes de ICE lo estaban esperando y lo arrestaron.
La familia de Velásquez dijo que su familia escapó de la violencia en Honduras. Aclararon que llegaron a Estados Unidos hace dos años, después de solicitar asilo en la frontera estadounidense.
Por su parte, funcionarios de la agencia migratoria, aclararon a medios locales, que si alguien tiene un monitor, es por una “razón específica”, pues el nivel de monitoreo al que deben adherirse las personas, se evalúa caso por caso.
ICE: criminales ya no podrán esconderse
A propósito del fallo que permite a oficiales federales, realizar este tipo de operativos, en lo que hasta ahora se consideraban “sitios sensibles”, la publicación Christianity Today expone en detalle cómo la juez razona que la disminución en la asistencia de inmigrantes a las iglesias, podría explicarse por la aplicación general de las leyes migratorias del gobierno. No por esta política específica sobre las iglesias.
“Los feligreses se quedan en casa, para evitar encontrarse con ICE, en sus propios vecindarios, no porque las iglesias o sinagogas, sean lugares de alto riesgo. La orden judicial solicitada, no rectificaría la supuesta disminución en la asistencia”, dice textualmente la orden judicial.
También afirmó que no hay indicios de que sean probables o inminentes más acciones de cumplimiento de la ley en las iglesias.
De acuerdo con un boletín, emitido por el Departamento de Seguridad Nacional, el pasado 21 de enero, se emitieron dos “directivas esenciales para poner fin a la invasión de la frontera sur de Estados Unidos y empoderar a las fuerzas del orden para proteger a los estadounidenses”.
La primera directiva anula las directrices de la Administración Biden, para las acciones de cumplimiento de la ley del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), que obstaculizan la aplicación de la ley en o cerca de las llamadas zonas “sensibles”.
La segunda directiva pone fin al abuso generalizado de la libertad condicional humanitaria y restablece el programa a un análisis caso por caso.
El ICE y la CBP eliminarán gradualmente, cualquier programa de libertad condicional, que no se ajuste a la ley.
“Esta acción empodera a los valientes hombres y mujeres de la CBP y el ICE, para hacer cumplir nuestras leyes de inmigración y capturar a extranjeros delincuentes, incluyendo asesinos y violadores, que han ingresado ilegalmente a nuestro país. Los delincuentes ya no podrán esconderse en las escuelas e iglesias de Estados Unidos para evitar ser arrestados”, subraya el comunicado.
Datos:
- 1 de cada 12 cristianos, corre el riesgo de ser deportado, o de perder a un ser querido, debido a las actuales políticas migratorias, de acuerdo con una encuesta nacional publicada por World Relief.
- 0 intervenciones en espacios de culto religioso, por parte de las agencias federales de migración, se han documentado en la Gran Manzana en este año.