Lamentaciones y a la vez condena ha causado la disposición del presidente Luis Abinader que saca de la comunidad dominicana en NY y EUA al doctor Rafael Lantigua, nombrarlo como embajador en Italia, distante a 6,892 km de la Manzana.
Quejas generalizadas se escucha entre profesionales, empresarios, periodistas, comerciantes, taxistas, amas de casas, y familiares de enfermos, entre ellas: »Al presidente parece que no le duele su comunidad en los nuevayores» »A Lantigua, un hombre respetado, apaciguador y solucionador de problemas entre sectores criollos en NY, sin importar banderías políticas, el presidente no debió sacarlo de aquí« »Abinader pudo nombrarlo como vice-ministro de Relaciones Exteriores con asiento en NY para seguir atendiendo los diferentes problemas que tiene y se le presenta a nuestra comunidad en EUA y el exterior, pero no enviarlo para Europa« »El doctor es considerado el más o uno de los dominicanos más valorados en sentido general, no solo en NY, también en USA, por su trato afable, respetuoso, gentil y servicial con sus connacionales”.
Algunos criollos dicen que el mandatario ha dejado semi huérfana la comunidad quisqueyana en la Gran Manzana, y cuando los problemas se agudicen entre algunas instituciones, Abinader será el culpable por haberlo sacado de la comunidad dominicana en territorio estadounidense. Un ciudadano en Broadway vociferó: ¿Y qué mal tan grande le han hecho los dominicanos en NY al presidente Abinader, para tomar una medida como esa? ¡Uff!
