Defensores de los derechos civiles realizaron manifestaciones simultáneas para pedir leyes que acaben con sentencias injustas
Ante la proximidad de las fiestas navideñas, pero también por el cercano inicio del periodo legislativo neoyorquino de febrero del 2025, familiares de reos, legisladores y ex funcionarios del sistema penitenciario estatal realizaron manifestaciones simultáneas en la ciudad de Nueva York, Long Island, Westchester, Albany, Búfalo y Rochester.
A pesar de la pertinaz lluvia que mojó la mayor parte del estado este lunes, los participantes desafiaron las condiciones climáticas en aras de que en el 2025 por fin se aprueben las reformas a las leyes de sentencias estatales.
Específicamente los defensores de los derechos civiles pidieron la aprobación de tres proyectos de ley: La Ley de Segunda Mirada, la Ley de Tiempo Ganado y la Ley de Marvin Mayfield. En el contenido de tales proyectos se maneja una mirada más humana a la reclusión permitiendo la reunión de muchas familias, pero, al mismo tiempo, según sus creadores, se promueve la seguridad y la justicia en el estado.
“Como hace años que nuestras leyes en Nueva York no han cambiado, a cambio tenemos como resultado leyes draconianas, que impiden que muchas personas se puedan reunir con sus familias”, dijo la senadora Julia Salazar al aceptar que las leyes de sentencias “se ha retrasado mucho”.
“Solo estamos tratando de poner al día a Nueva York con la moda progresista en prisiones de estados como Oklahoma, o Alabama”, dijo con ironía el concejal Justin Brennan, quien recalcó que era una vergüenza para el estado de Nueva York y para la Gran Manzana que “algunos de los estados más conservadores del mapa nacional estén por delante de Nueva York en políticas progresistas”, relativas a la reclusión.
“Sabemos que las sentencias excesivas y el encarcelamiento masivo no funcionan, pero si todo lo que tienes es un martillo, los problemas comienzan a parecerse a un clavo”, ilustró Brennan y dijo que el debate debe ir por la redención y rehabilitación para los presos que “sí han cumplido ejemplarmente su condena” y cuyos casos merecen una nueva mirada de los jueces.
En específico el proyecto Ley de Segunda Mirada, presentado por la senadora Salazar, ha recibido apoyo incluso de personas que tomarán decisiones sobre el destino de los prisioneros.
Algunos de quienes simpatizan con la medida son el juez principal del Tribunal de Apelaciones de Nueva York, Rowan Wilson, así como la fiscal de distrito de El Bronx, Darcel Clark quien dijo durante su campaña de reelección: “En última instancia, puede haber personas que estén encarceladas con sentencias que ya no se ajustan a la sensibilidad de la justicia actual”.
En general estas tres leyes propuestas cuentan con amplio apoyo asimismo de las fuerzas del orden, la Asociación Estadounidense de Abogados, docenas de sindicatos, empresas y más de 200 organizaciones de derechos civiles, legales y comunitarias. Y, lo más relevante, también cuentan con un apoyo casi mayoritario en la legislatura estatal.
La plaza donde se pide justicia para reos
Para el paseante que en cualquier época del año cruce por la Foley Square en Lower Manhattan, es muy probable que se halle con una manifestación de alguna de las oenegés que piden justicia para los reos y se termine con la encarcelación masiva.
Y el clima nunca ha impedido que los activistas se manifiesten frente al emblemático edificio de la Corte Suprema a gritar consignas o realizar pequeñas marchas alrededor.
La lluvia y el clima frío de ayer no fueron la excepción.
Y aunque sí se redujo a 6 el número de oradores, a nombre de los familiares de presos pidieron al Congreso Estatal que discuta y vote estos proyectos de ley ampliamente populares entre ciudadanos locales.
Una encuesta reciente de EMC Research encontró que el 74% de los neoyorquinos apoyan la Ley de Tiempo Ganado y el 68% de los neoyorquinos apoyan la Ley de Segunda Revisión.En la jornada de este lunes, se explicó que la Ley de Segunda Mirada permitiría a los jueces revisar y reconsiderar sentencias excesivas.
Según la ley actual, las personas encarceladas no tienen la oportunidad de mostrarle a un juez lo que han cambiado mientras estaban en prisión, mucho menos solicitar una reconsideración de sentencias injustas.
Por su parte, la Ley de Tiempo Ganado fortalecería y expandiría los programas de “buena conducta” y “tiempo de mérito” para alentar a las personas encarceladas a participar en programas de rehabilitación.
Como recordó el concejal Brennan, Nueva York se encuentra detrás de estados como Oklahoma y Alabama en la provisión de incentivos de crédito por buena conducta, y más del 73% de las personas en las prisiones de Nueva York no pueden acceder a créditos de tiempo por participar en programas educativos y vocacionales.
Finalmente, la Ley Marvin Mayfield tiene la función de eliminar sentencias mínimas obligatorias, algo que permitiría a los jueces considerar factores individuales y circunstancias atenuantes en un caso. De paso detendrían el poder de los fiscales para coaccionar acuerdos de culpabilidad.
Eso porque actualmente el 98% de las condenas en Nueva York son producto de declaraciones de culpabilidad, no de juicios. Todo como resultado del poder de los fiscales que prometen sentencias mínimas obligatorias y obtienen así declaraciones de culpabilidad.
Cuando la prisión educa y emancipa
El caso de Darnell Epps se ha vuelto emblemático para todos quienes buscan modificar las leyes penitenciarias.
Encarcelado en el año 2000 por un hecho de violencia armada, recibió una condena del juez Gustin L. Reichbach, que para Epps significó “un hecho que salvó mi vida”: recibió solamente 17 años de prisión.
En prisión, Epps se inscribió en el programa de Cornell College, hacía ejercicio a diario y se convirtió en voluntario para hablar con los niños.
En 2017 Darnell Epps fue liberado luego se graduó de la Facultad de Derecho de Yale y ahora es fundador y director ejecutivo de Thurgood Industries, una empresa tecnológica.
A pesar de casos así, la Ley de Segunda Mirada también tiene sus detractores. Uno de ellos es el senador estatal Anthony Palumbo, quien dijo que al aprobarla “se estaría dando a los prisioneros (inmerecido) crédito extra” por buena conducta. Quienes defienden la ley responden que, al tener que pasar por la aprobación de un juez, estos difícilmente darían luz verde a presos con malos antecedentes disciplinarios en prisión.
Y si funcionaría, en cambio, como estímulo para los más de 6 mil reos que han buscado rehabilitarse pero que, hasta el momento, no han recibido ningún crédito por ellos.
En lo que parece haber consenso es en que las leyes de Nueva York sobre sentencias son, a estas alturas, obsoletas. Fueron aprobadas en la década de 1970 y otras en los años posteriores a la Ley contra el Crimen de 1994, y, sobre todo, han afectado a las comunidades negras y latinas.
Aprobar estas leyes, “cambiaría vidas y contribuiría valiosamente a nuestras comunidades, las familias y a la seguridad pública en nuestro estado”, dijo finalmente la senadora Salazar.
“El 2025 necesita ser el año en que por fin se aprueben estas reformas en NY”, culminó.
En cifras
- En este momento, más de 30 mil personas cumplen condenas en las cárceles de Nueva York.
- Casi el 75 por ciento son negras o morenas. Proyectos de ley de segunda revisión se han aprobado en cuatro estados (Illinois, Louisiana, Maryland, Oregón) y el Distrito de Columbia, y se ha propuesto en otros 22 estados.El encarcelamiento masivo cuesta casi 70 mil dólares por año encarcelar y mantener a una persona en una prisión estatal.
- Anualmente el sistema penitenciario estatal eroga 3 mil millones en mantener las prisiones.
- Más de 105 mil niños cuentan con un padre cumpliendo condena en una cárcel o prisión de Nueva York.