La propuesta busca indultar a cientos de miles que no han podido someter sus aplicaciones de residencia por ser esposos o hijos de ciudadanos
Los Ángeles – Los indultos que el presidente Joe Biden ha extendido a su hijo Hunter y a cerca de 1,500 sentenciados han motivado a los activistas por los inmigrantes a hacerle un pedido: que perdone a quienes tienen detenidos sus procesos de ajuste de estatus migratorio por haber entrado de forma irregular al país.
“Biden tiene la posibilidad de dejar un legado positivo en inmigración y cumplir en parte una de sus promesas al permitir la legalización de cientos de miles de personas que han contribuido al país, que se verían favorecidas por este perdón”, dice a EFE Salvador Sanabria, director de El Rescate, una organización de defensa de los inmigrantes en Los Ángeles.
En concreto, la propuesta busca que el mandatario otorgue el indulto presidencial a cientos de miles de inmigrantes que no han podido someter sus aplicaciones de residencia permanente por ser esposos o hijos de ciudadanos, debido a que ingresaron a Estados Unidos de forma ilegal. La ley de inmigración establece un castigo de 10 años fuera del país para los infractores.
“El ingreso indocumentado al país es una ofensa civil. Inmigrantes que están favorecidos con el TPS, DACA o casados con ciudadanos se merecen obtener ese perdón y así legalizarse”, señala Sanabria.
El activista recuerda que Biden ya ha intentado dar pasos en este sentido y pone de ejemplo la orden ejecutiva emitida en junio pasado dirigida a proteger a indocumentados cónyuges de ciudadanos estadounidenses.
El programa Keeping Families Together (Mantener unidas a las familias) se apoya en el llamado ‘Parole in place’, que otorga un permiso temporal para permanecer en EE.UU., y abre el camino a los cónyuges indocumentados de ciudadanos estadounidenses para poder legalizar su estatus dentro del país sin arriesgarse al castigo de 10 años.
La medida fue bloqueada por un juez federal que se puso del lado de un grupo de estados republicanos que alegan que el Ejecutivo no tiene autoridad para eludir al Congreso y establecer políticas de inmigración.
Aunque no descarta una batalla legal contra el indulto a los inmigrantes, Sanabria considera que este perdón presidencial a los inmigrantes tendría grandes posibilidades de ser defendido con éxito en las cortes.
Nada que perder
Además, el activista subraya que Biden no tiene nada que perder políticamente y por el contrario “mucho que ganar”.
El mandatario estadounidense ha estado en el ojo del huracán tras conceder un indulto “total e incondicional” a su hijo Hunter Biden, encausado en un proceso por posesión ilegal de un arma y fraude fiscal, una medida muy criticada en el país, especialmente por el Partido Republicano e incluso por algunos de sus colegas demócratas.
El presidente había reiterado en varias ocasiones que no utilizaría la prerrogativa del perdón presidencial para resolver los problemas legales de su único hijo vivo. Sin embargo, luego defendió el indulto alegando que Hunter había sido puesto en la mira de la justicia solo por ser su hijo.
Este jueves, el mandatario igualmente anunció la conmutación de las sentencias de unas 1,500 personas y que perdonará a otras 39 condenadas por delitos no violentos, en lo que supone la mayor medida de clemencia aprobada en la historia del país.
“El Partido Demócrata debería apoyarnos e impulsar esta propuesta. Han sido años de promesas y promesas, sin lograr un beneficio aprobado por el Congreso”, insiste Sanabria. “Eso sí deben recordar que no le queda mucho tiempo al presidente para actuar”, agrega.
Este no es el único llamado hecho a Biden para que actúe en materia de inmigración.
Esta semana, los senadores de origen hispano Catherine Cortez Masto, Alex Padilla y Ben Ray Luján urgieron al mandatario a extender la protección a los beneficiados con el Estatus de Protección Temporal (TPS) y los permisos de trabajo de los amparados con la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).
Estos llamamientos ponen presión a Biden, a quien le quedan poco más de cinco semanas en la Casa Blanca antes de que el presidente electo, el republicano Donald Trump, asuma la Presidencia.
Trump ha prometido deportaciones masivas que incluyen a las familias de estatus mixto, como se define a los grupos familiares con al menos un ciudadano estadounidense.
En las elecciones del pasado 5 de noviembre, los demócratas no solo perdieron la Casa Blanca, sino también el control del Senado y tampoco lograron la mayoría en la Cámara Baja.