El Estado de Derecho hoy en día está bajo asedio por manifestaciones como el autoritarismo, el populismo y la polarización que existen en varios países.
Esta advertencia proviene de representantes de la Asociación Mundial de Juristas (WJA, por sus siglas en inglés) y la Fundación Mundial de Derecho, quienes plantean que ante esta situación se debe promover más que nunca el imperio de la ley, porque de éste depende la paz social y el desarrollo de las naciones.
Durante el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, el tema fue abordado por Ángela Montoya Holguín, CEO World Law Foundation, exministra y embajadora de Colombia; Gabriel Fernández Rojas, representante de la WJA ante Naciones Unidas; Manuel Campo Vidal, director de Comunicaciones de la WJA y José Alejandro Aybar, canciller de la Universidad del Caribe (Unicaribe).
Montoya y Fernández señalaron que la regresión del Estado de Derecho se está verificando en naciones donde había ciertas garantías y que es de mucha preocupación, al citar casos de Nicaragua, México, Turquía, Corea del Sur, Ucrania y otros. “El Estado de Derecho está, de una manera u otra bajo asedio, eso es innegable”, dijo Fernández.
Atribuyó la situación a que a ningún poder establecido le gusta tener los límites que le impone la justicia. Puntualizó que el poder tiende a perpetuarse y luego se degrada, siendo el contrapeso el Estado de Derecho, que no es más que el imperio de la ley que, aunque no es perfecto, procura tener como centro al ser humano.
En cuanto al populismo, como una de las causas que afecta al Estado de Derecho, Fernández dijo que esto no escapa que suceda en ningún país, al igual que el autoritarismo.
De ahí que, apuntó la importancia de que prevalezca la libertad de prensa, pues es fundamental para detectar y combatir esos males que dañan la democracia.
“La labor de los medios de comunicación es para la democracia, lo que la artillería para el campo de batalla. Si no hay libertad de medios, no hay democracia”, expresó.
Mientras que, Campo indicó que existe un deterioro general de las condiciones de la democracia y que las dificultades de los periodistas es solo una expresión de esto. Citó, además, que el mundo vive una polarización, llegando a ser extraordinaria en Estados Unidos, donde el asalto al Capitolio significó un gran intento por echar atrás el imperio de ley.
Agregó que similares panoramas se ven en España, Italia, Hungría, Francia y otras naciones, debido a múltiples razones, siendo una probable el fracaso de la globalización que en algunas áreas ha dejado a mucha gente fuera del sistema, además del crecimiento de la pobreza que pone en riesgo sectores de la clase que temen volver a ser pobres y que eso provoca su radicalización.
“Estamos en una situación muy difícil, en la que la pérdida de libertades no la aceptemos como una nueva normalidad”, advirtió Campos, al tiempo de afirmar que si se acepta como una máxima que los gobiernos siempre limitan, “vamos mal”.
Haití
Mientras que, Aybar, puso como referencia la situación de inestabilidad social y política que vive Haití, la cual se debe a la ausencia de un Estado de Derecho.
Mientras que, en contraposición, está la República Dominicana, que goza de estabilidad democrática, la cual hay que valorar y cuidar.
Congreso de Juristas
Estos temas expuestos y otros de alta trascendencia, serán parte de la agenda del Congreso Mundial de Juristas, que se celebrará en el país los días 4, 5 y 6 de mayo de 2025, explicaron Montoya, Fernández, Campo y Aybar.
República Dominicana obtuvo la sede, al competir por ella con Argentina, México y Corea del Sur. “La República Dominicana estuvo en la lista de países finalistas y ganó por muchos motivos. Uno muy importante, por la solidez de su democracia y por la solidez de sus instituciones”, indicó Montoya, al precisar que se evaluaron elementos como la libertad de prensa e independencia de la justicia que imperan en el país.
Aybar dijo que el congreso, por primera vez, está integrando una universidad como sede para sumar a los jóvenes estudiantes de derecho y que puedan hacer conciencia de la importancia que tiene un país del Estado de Derechos.
Los organizadores llamaron a la comunidad jurídica a darse cita al país y convertir a Santo Domingo en “capital mundial del derecho”.
