La iniciativa busca convertir una de las cárceles que se están construyendo en un centro para atender a infractores con problemas de salud mental
Una de las principales problemáticas que enfrentan las autoridades carcelarias en el manejo de los miles de internos que están privados de la libertad en Rikers Island es que casi el 50% de los reclusos padecen enfermedades mentales. Y en su afán de que haya mejoras en el manejo penitenciario de esa población, esta semana el alcalde, Eric Adams presentó un plan que busca convertir una de las cárceles que actualmente están levantando en los condados en un penal de tratamiento de salud mental.
El anuncio del mandatario generó opiniones encontradas, pues defensores de los internos han señalado que a la administración municipal le ha faltado mayor compromiso para mejorar la situación de internos con condiciones de salud mentales, quienes recuperan su libertad a veces siendo un peligro para ellos mismos y para el público como pasó la semana con el exrecluso de 51 años con antecedentes, quien tras estar varias veces en Rikers Island apuñaló a tres personas en Manhattan.
Adams defendió su nueva postura afirmando que convertir una de las cuatro cárceles en centro de tratamiento de salud mental ayudaría a prevenir tragedias, pero no reveló detalles precisos sobre su plan, lo que hizo que voces neoyorquinas se levantaran para pedirle mayores datos de su propuesta.
Así lo dejó ver la concejal Sandy Nurse, quien a pesar de dar la bienvenida a que el alcalde Adams pretenda echar a andar ese plan, insistió en que se creen más centros de tratamiento y no camas en las cárceles para el 40% de las personas detenidas con una enfermedad mental grave y el 20% con un trastorno por consumo de sustancias.
“El enfoque de nuestra ciudad en materia de salud mental en el sistema de justicia penal no solo es disfuncional, sino también injusto. Falla a quienes más necesitan atención y los deja en peores condiciones que cuando ingresaron”, afirmó la legisladora municipal.
“Lo que necesitamos es más que un concepto, más que promesas vacías en respuesta a un incidente trágico. Necesitamos acción: inversiones reales y significativas en tratamientos comunitarios, viviendas de apoyo que impacten en la justicia, servicios de apoyo a sobrevivientes y cuidados a largo plazo que curen, no dañen”, agregó la política de origen latino.
Se estima que el 51% de los detenidos en Rikers Island han sido diagnosticados con un problema de salud mental y casi la mitad de ellos han sido diagnosticados con una enfermedad mental grave.
Zachary Katznelson, director ejecutivo de la Comisión Independiente de Rikers para cerrar Rikers, no reveló si la propuesta de Adams se incluiría o no en la lista final de recomendaciones de ese grupo.
“Cerrar las decrépitas y peligrosas cárceles de Rikers y ampliar la capacidad de tratamiento para personas con enfermedades mentales graves son objetivos profundamente entrelazados e igualmente urgentes”, dijo Katznelson. “Nadie gana con tener 1,400 personas con enfermedades mentales graves encerradas en Rikers, como tenemos hoy”, dijo Katznelson en un comunicado el martes. “No mejoran a largo plazo, ni es justo pedir a los funcionarios penitenciarios que asuman esa responsabilidad sin la capacitación o el apoyo adecuados. Todos los niveles de gobierno deben unirse para terminar con las listas de espera para viviendas y cuidados comunitarios, y abrir camas psiquiátricas adicionales para pacientes hospitalizados y de larga estancia”.
Darren Mack, codirector del grupo de defensa de la justicia penal Freedom Agenda, criticó el mensaje del mandatario municipal sobre crear un espacio para tratamiento mental de internos sin respaldarlo con acciones.
“Los neoyorquinos han pedido constantemente al alcalde que financie la infraestructura de salud mental de nuestra ciudad a gran escala, pero ha dejado que miles de personas permanezcan en listas de espera para recibir alojamiento y tratamiento, pero ahora tiene la idea de recrear básicamente los asilos que se cerraron hace décadas y, en el proceso, impedir convenientemente el cierre de Rikers”, dijo el defensor de los internos..
“Si el alcalde quiere abordar realmente la salud mental y la seguridad en nuestra ciudad, puede seguir adelante con el plan de cerrar Rikers, que fue moldeado por años de aportes de la comunidad y trabajar con defensores de la salud mental en las docenas de soluciones basadas en evidencia que han propuesto”, dijo.