Los incendios obligaron al presidente Daniel Noboa a cancelar su agenda en la Asamblea General de la ONU para retornar a la capital
Quito atraviesa una situación “crítica” a causa de cinco incendios forestales presuntamente provocados y que obligaron a evacuar de manera preventiva a unas 100 familias, informaron este martes autoridades.
“Tenemos en este momento más 100 familias evacuadas por razones preventivas, ya hemos tenido la contaminación del fuego en pocas viviendas”, dijo en una rueda de prensa el alcalde de la capital de Ecuador, Pabel Muñoz, sin precisar la magnitud de los daños en las casas alcanzadas por las llamas.
Agregó que dos bomberos resultaron heridos cuando realizaban tareas de evacuación. “Lo más probable es que el incendio no se termine hoy, que no podamos liquidarlo hoy”, lamentó Muñoz al presentar el nuevo balance.
Más temprano, el alcalde expresó que la situación era “crítica“. Está previsto que tres helicópteros militares y de los bomberos operen cuando las condiciones lo permitan para apagar el fuego.
Los incendios obligaron al presidente Daniel Noboa a cancelar su agenda en la Asamblea General de la ONU para retornar a la capital. “Vivimos la peor coyuntura climática en décadas, lo que amerita decisiones urgentes a todos los niveles de gobierno”, escribió en la red social X, advirtiendo que de haber sido provocado el fuego los responsables serán procesados por “terrorismo”.
La fiscalía abrió una indagación para esclarecer los hechos. Según el cabildo, que este año ha presentado 13 denuncias, un 99% de los incendios en Quito son provocados.
– Envuelta en humo –
Grandes nubes de humo se levantaron desde la periferia oriental de la capital ecuatoriana, apodada “La carita de Dios”.
Pobladores reportaron la caída de ceniza en zonas del norte de la ciudad y en el centro histórico, un Patrimonio Cultural de la Humanidad que alberga las sedes del gobierno nacional y del municipio.
En el residencial barrio Bellavista, en el noreste de la capital, vecinos formaban cadenas humanas para pasar baldes con agua. “¡Mojen la vereda para que no suba el fuego!”, gritaban desesperados, mientras ancianos salían de sus casas con ayuda de policías y militares, constataron periodistas de la AFP.
El ministerio de Educación dispuso que las clases del miércoles sean “no presenciales” (virtuales) en todo el distrito metropolitano de Quito por “la mala calidad del aire”. El cabildo suspendió la jornada laboral en todas sus dependencias, que atenderán de manera telemática.
La empresa eléctrica de Quito suspendió los racionamientos de energía previstos para el resto del martes y madrugada del miércoles. Solamente fueron desconectadas tres subestaciones que están en riesgo por el fuego.
“Salvo que pueda haber alguna novedad en un caso puntual, Quito debería estar abastecida toda esta noche de energía eléctrica”, dijo el alcalde.
– Dolor y rabia –
Hace tres semanas, cuatro incendios forestales también cubrieron de humo y ceniza a varios sectores de la capital y sus alrededores. Y hace dos, parte de un bosque de la turística loma de El Panecillo, en el centro colonial, quedó envuelto en llamas.
Los nuevos incendios generaron caos vehicular en la ciudad, tras el cierre de una parte de una estratégica vía periférica que conecta el norte y sur de la capital por el lado oriental.
Me da “tristeza por los animales, me duele la naturaleza y me da coraje” ver las llamas, comentó a la AFP Mauro Terán, un estudiante de 24 años que estaba en la zona de la tragedia e intentaba ayudar.
Unidades de bienestar animal se han sumado a los cuerpos de socorro para atender a mascotas y fauna silvestre afectada.
Ecuador afronta su peor sequía en seis décadas, que ha derivado en incendios forestales, afectación en el suministro de agua potable, problemas en la producción agrícola y en racionamientos de electricidad de hasta 12 horas diarias.
La prolongada seca de todo el año en el país suramericano ha originado 3.302 incendios forestales, que han quemado 37.808 hectáreas de vegetación y dejado 14 personas heridas y 797 damnificados y afectados, así como 44.742 animales de granja muertos, según el reporte del martes de la secretaría de Riesgos.
De las 24 provincias, 20 están en alerta roja por la “crisis hídrica“, que ha afectado unas 40.000 hectáreas de cultivos.