Leonardo Gil
Consultor comunicacion politica
La República Dominicana se enfrenta a una urgente, necesaria e impostergable reforma fiscal integral, que permita eficientizar el gasto público. Esta acción es esencial para abordar los desafíos económicos y sociales del país, así como para promover un desarrollo sostenible más justo y equilibrado.
Esta trasformación ha sido aplazada durante mucho tiempo de manera imprudente por la clase política, ahondando el problema, dándole prioridad a intereses de conveniencias personales y partidarias, aludiendo a un costo político que podía costarle la elección sin importarle el bienestar del país. Un verdadero líder político pone los principios por encima de los intereses pero cuando pone los intereses por encima de los principios entonces ya no es política. Son de los que piensan siempre en la próxima elección, y nunca en la próxima generación.
De manera valiente, el presidente Luis Abinader y su gobierno, tienen decidido iniciar un amplio proceso de consultas y discusiones con todos los sectores de la vida nacional, para consensuar la mejor propuesta de grandes reformas, a sabiendas de que muchas medidas a tomar sean impopulares pero necesarias, afectando tal vez su popularidad.
Actualmente, existen deficiencias en la asignación y ejecución de los recursos públicos, lo que resulta en una baja calidad de los servicios básicos y limita el impacto de las políticas públicas. Una reforma fiscal permitiría identificar áreas de gasto ineficiente y redirigir los recursos hacia sectores prioritarios, como la educación, la salud y la infraestructura, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la población. Es necesaria una reforma para mejorar la eficiencia del gasto.
Esto generaría una serie de beneficios económicos significativos como:
el aumento de los ingresos fiscales, estímulo a la inversión y al crecimiento económico, reduccion de la dependencia de la deuda externa, promocion de la equidad y la inclusion social, promover la equidad en el sistema fiscal, fomentar el crecimiento económico, entre otros beneficios.
La reforma fiscal es crucial para fortalecer la capacidad del Estado dominicano de generar ingresos de manera sostenible. En la actualidad, la dependencia de fuentes de financiamiento externo y la evasión fiscal limitan la capacidad del gobierno para invertir en proyectos de desarrollo y programas sociales. Mediante una reforma fiscal integral, se pueden implementar medidas para aumentar la recaudación de impuestos de manera más justa y objetiva, promoviendo así un sistema tributario más eficiente y progresivo.
Otro aspecto importante, es la necesidad de promover la equidad en el sistema fiscal. En la República Dominicana, existen brechas significativas en la distribución de la carga tributaria, donde algunos sectores y grupos de la población se benefician de privilegios fiscales desproporcionados. Una reforma fiscal integral permitiría eliminar estos privilegios y establecer un sistema tributario más racional donde todos los contribuyentes cumplan con sus obligaciones de manera justa y proporcional, según su capacidad económica.
Asimismo, una reforma fiscal integral puede contribuir a mejorar el clima de inversión y fomentar el crecimiento económico sostenible. Un sistema fiscal transparente, con reglas claras y predecibles, brinda confianza a los inversionistas tanto nacionales como extranjeros. Al mismo tiempo, una reforma fiscal bien diseñada puede impulsar la competitividad de las empresas y estimular la creación de empleo, generando así un círculo virtuoso de desarrollo económico.
Solo a través de una reforma fiscal integral se podrá sentar las bases para un desarrollo sostenible y equitativo en el país.