Temperaturas extremas e inundaciones son cada vez más frecuentes en el país
Santo Domingo se convierte en un «río urbano» con lluvias de varias horas
Con escoba en manos y sacando todos sus trastes al sol, Juan Martínez se ve sorprendido por como su casa en Santo Domingo Este y sus ajuares resultaron inundados por las lluvias del 4 de julio de 2024, ocasionadas por la incidencia de una onda tropical. Esa cantidad de lluvias había sido anunciada, pero Juan dice que no esperaba esa magnitud.
No es la primera vez que Juan ve dañar parte de su mobiliario, pues también fue afectado durante los fuertes aguaceros del pasado 18 de noviembre de 2023, fecha en que ocurrieron lluvias récord sobre Santo Domingo superando las de grandes huracanes como el David (31 de agosto de 1979) y Fiona (19 de septiembre de 2022).
Lo que tal vez no ha previsto Juan es que estos fenómenos naturales están siendo cada vez más frecuentes y en aumento, como el reciente huracán Beryl, que marcó un punto en la historia como el fenómeno más poderoso formado más temprano, apenas al concluir el primer mes de la temporada de huracanes.
Debido a esto habría que preguntarse por qué ha ocurrido este incremento en la frecuencia de fenómenos naturales, qué tiene que ver el cambio climático y los efectos del fenómeno La Niña, cómo ha afectado e incide en la República Dominicana y si el país está preparado para enfrentar estas situaciones, incluyendo un huracán mayor, ya que con eventos como vaguadas se ha visto a la ciudad de Santo Domingo inundada con apenas varias horas de lluvias.
Científicos han emitido su voz de alerta ante el incremento de fenómenos naturales, que van desde huracanes de categoría mayor, tormentas tropicales, ondas tropicales, vaguadas y ventarrones que pueden causar inundaciones y afectar no sólo a las personas sino también a la producción nacional.
Lo que también se ha alertado es que los efectos del cambio climático (los cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos, ya sea naturales o por actividades humanas) se sienten a nivel mundial, incluyendo a la República Dominicana, con el aumento de las temperaturas y de lluvias o sequías, lo cual ya es parte de este territorio ubicado en el Caribe, que además es una ruta de lo ciclones tropicales.
«La República Dominicana se ve altamente afectada por el cambio climático, el incremento de las temperaturas promedio desde hace algunas décadas es una evidencia del mismo, además del cambio en los patrones de lluvias y la frecuencia con que se presentan los eventos extremos como inundaciones repentinas, fenómenos meteorológicos que evolucionan rápidamente de una simple perturbación atmosférica a huracanes mayores», alertó la directora de la Oficina Nacional de Meteorología (Onamet), Gloria Ceballos.
También las intensas lluvias en pocas horas son cada vez más frecuentes por el cambio climático.
Santo Domingo, un río entre paredes
Además del daño a la producción nacional y las víctimas que provocan las intensas lluvias están las constantes inundaciones, que ahora no sólo es en barrios vulnerables a la orilla de ríos, sino también que la ciudad de Santo Domingo se convierte prácticamente en un «río urbano».
Sobre esto, el geólogo Osiris de León, miembro de la Academia de Ciencias de la República Dominicana y presidente de la Comisión para la Supervisión de las Infraestructuras Nacionales ante el Cambio Climático, plantea que Santo Domingo se inundó rápidamente con las lluvias torrenciales de julio y noviembre pasados, fruto de que el sistema de drenaje pluvial que hay en la ciudad es muy limitado y apenas puede drenar 20 a 25 milímetros de lluvia por cada metro cuadrado y por cada hora.
«El drenaje depende fundamentalmente de pozos filtrantes de pequeños diámetros, y carece de grandes túneles de desagüe, como el construido por Nicolás las de Ovando en 1504 en la ciudad Colonial, túneles que puedan desaguar rápidamente cualquier cantidad de agua de lluvia caída por unidad de tiempo y llevar toda esa agua hacia el cercano mar Caribe».
Tomando en cuenta que el sistema de la ciudad apenas puede drenar 20 a 25 milímetros de lluvia por cada metro cuadrado y por cada hora, es necesario recordar que el sábado 18 de noviembre de 2023, en 24 horas, varios sectores del Distrito Nacional reportaron acumulados de hasta 431 milímetros de agua (17 pulgadas) y el pasado 4 de julio en Santo Domingo se reportaron hasta 186 milímetros en sólo seis horas por la combinación de una vaguada y una onda tropical.
Estas lluvias, junto con las del 4 de noviembre de 2022, han generado cierta alarma en la población capitalina, luego de las inundaciones urbanas generadas por esos fenómenos naturales que no eran huracanes.
De León considera que en la medida en que la ciudad de Santo Domingo fue creciendo se fueron multiplicando los edificios residenciales, los edificios comerciales, las calles, las avenidas y los estacionamientos, y todo eso contribuyó a que el concreto y el asfalto bloquearan los poros de la roca caliza coralina expuesta en el sistema de terrazas de la ciudad de Santo Domingo, «y nadie hizo las inversiones necesarias para la construcción de grandes sistemas de drenaje pluvial que puedan drenar hasta 100 milímetros de lluvia por cada metro cuadrado y por cada hora».
«Por eso en Santo Domingo el agua se acumula rápidamente durante las 4, 5 o 6 horas de lluvias torrenciales, pero ya al día siguiente las aguas han bajado porque el sistema de drenaje funciona lentamente a través de los pozos filtrantes, pero nunca puede drenar más agua por unidad de tiempo de la que su capacidad le permite», manifestó.
Ceballos también coincide en señalar que «es difícil controlar las inundaciones urbanas, ya que el drenaje no es suficiente para evitar la escorrentía superficial».
Estudios recientes del Departamento de Climatología de la Onamet indican que en abril de 2024, el mes de transición de la temporada frontal (noviembre –abril) a la temporada de actividad convectiva, se registraron lluvias por encima del promedio normal entre 1971 y 2000.
Cambio climático y La Niña, una seria amenaza para RD
Las altas temperaturas derivadas del cambio climático están provocando evidentes e indiscutibles efectos directos sobre la República Dominicana, como ejemplo de esto están los daños severos provocados por las lluvias torrenciales caídas sobre Santo Domingo el 4 de noviembre de 2022 y 18 de noviembre de 2023, así como los daños colaterales derivados del paso a 325 kilómetros al sur de Santo Domingo del poderoso huracán Beryl el 2 de julio de 2024, según alerta De León.
«Ese cambio climático, que está provocando más altas temperaturas, más tormentas y huracanes, y más lluvias torrenciales cuando tenemos el fenómeno de La Niña, y largas sequías cuando tenemos el fenómeno de El Niño, está vinculado directamente con los altos volúmenes de emisiones de dióxido de carbono «, señala el geólogo al ser entrevistado por Diario Libre.
Cuando el fenómeno natural climático conocido como La Niña hace presencia como en 2024 provoca un enfriamiento anormal de las aguas ecuatoriales del Océano Pacífico Tropical, pero en cambio en el Océano Atlántico las temporadas ciclónicas se hacen más activas, sumado al incremento de las temperaturas del mar, advierten los científicos, lo cual debe llamar la atención de los gobiernos locales para tomar las medidas de prevención.
A esto se suman las altas temperaturas que se registran en el océano de hasta 3 grados Celsius por encima de lo normal para que los eventos meteorológicos sean más activos, advierte Ceballos.
Un informe de la Administración Nacional, Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) del 11 de julio de 2024 pronostica a La Niña favorecida a emerger durante agosto-octubre (70% de probabilidad) y persistiendo durante el invierno del hemisferio norte 2024-25 (79% probabilidad durante noviembre-enero).
¿Está RD preparada para enfrentar un huracán mayor?
Desde 1873 hasta el 2023, un total de 37 huracanes y 52 tormentas tropicales, así como dos depresiones tropicales, han afectado el territorio dominicano de manera directa o indirecta con uno, dos y hasta tres de los efectos destructivos de los ciclones tropicales como son fuertes vientos, intensas lluvias y marejadas ciclónicas, según datos oficiales.
Varios de estos eventos han marcado la historia del país con consecuencias nefastas como el caso de San Zenón (1930), Inés (1966), David (1979) y Georges (1998), considerados los cuatro más destructivos y causando en conjunto más de 6,000 muertes y daños superiores a 3,000 millones de dólares según estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Para el geólogo Osiris de León, ni la República Dominicana, ni los demás países de la región del Caribe están preparados para los efectos directos e indirectos de tormentas, huracanes y lluvias torrenciales derivados de fenómenos meteorológicos extremos que están vinculados directamente al cambio climático.
Ante esta realidad, las autoridades dominicanas disponen de un plan de contingencia mediante el Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Respuesta ante Desastres ante cualquier situación.
Al respeto, Gloria Ceballos, directora de la Onamet, destaca que República Dominicana cuenta cada vez con más herramientas tecnológicas y recursos humanos para mantener informados a los organismos de protección civil y ciudadanos sobre el clima, además de acuerdos con organismos internacionales que permiten hacer uso de las informaciones que sirven los satélites meteorológicos, también los radares Doppler y una red de estaciones telemétricas y convencionales.
Preparar más a ciudadanos y enseñar meteorología en escuelas
Para la directora de la Onamet es necesario que desde el preescolar se instruya a los niños en los temas meteorológicos y que se impartan clases sobre esto.
También De León se mostró totalmente de acuerdo con la propuesta de que se imparta en las escuelas una materia sobre meteorología, al considerar que educa a la población en materia de causas y efectos de los fenómenos atmosféricos, y nos educa a todos en materia de prevención y mitigación de desastres.
¿Y qué hacer con las inundaciones en Santo Domingo?
De León considera necesario y urgente construir grandes sistemas de drenajes norte a sur, hasta el mar Caribe, como el túnel de Nicolás de Ovando en la Ciudad Colonial, o drenes franceses por debajo de las aceras de las avenidas Tiradentes, Abraham Lincoln, Winston Churchill y Luperón.
Dijo que esos nuevos túneles, o esos drenes franceses, o una combinación entre ambos sistemas, incluyendo pozos filtrantes de gran diámetro, pueden drenar rápidamente hasta 100 milímetros de lluvias por cada metro cuadrado y por cada hora.
Las temperaturas
De acuerdo a los informes oficiales, el mundo está viviendo la década más calurosa jamás registrada desde que se llevan registros a partir del año 1880 y la República Dominicana no se escapa de ese fenómeno con el registro de las altas temperaturas, principalmente en verano (junio a septiembre). A esto se suma la incidencia del polvo del Sahara, una masa de aire seco y cargado de partículas de arena que se mueve desde África hacia el oeste sobre el océano Atlántico tropical y cuya actividad típicamente se incrementa a mediados de junio y alcanza su punto máximo desde finales de junio hasta mediados de agosto.
Según nuevos datos publicados por el Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea en julio de 2024, la temperatura media global ha sido 1.5 °C superior a la de la era preindustrial durante 12 meses consecutivos.
En República Dominicana, por ejemplo, las temperaturas en verano de 2023 (considerado como el más cálido desde que se tienen registros a nivel mundial) alcanzaron máximas de incluso 39 °C y sensación térmica por encima de los 40 °C.
Estar siempre alerta
El meteorólogo John Morales planteó en una conferencia en Santo Domingo que no sólo el cambio climático es real, sino que somos nosotros quienes lo hemos provocado, pues los expertos concuerdan que es un problema serio, pero que existe esperanza.
Las autoridades dominicanas como de las entidades internacionales piden siempre a la ciudadanía estar atenta a los boletines emitidos por las organizaciones especializadas, sobre todo durante la Temporada de Huracanes del Atlántico que inicia el 1 de junio y concluye el 30 de noviembre.
Trayectoria de los huracanes en RD
A continuación y como una forma de orientar sobre la peligrosidad de los fenómenos tropicales en República Dominicana se muestra la trayectoria que tuvieron los principales ciclones que han afectado el país construida utilizando la herramienta Hurricane Tracks de la NOAA.
San Zenón
San Zenón afectó el país el 3 de septiembre de 1930 y está considerado como uno de los huracanes que más destrucción ha causado. Su ojo pasó justo por encima de la capital dominicana, que en aquel entonces tenía unos 70,000 habitantes, según el Archivo General de la Nación.
San Zenón causó 4,000 muertos y 20,000 heridos. Pérdidas directas por más de 15 millones de dólares.
Inés
El huracán Inés tocó tierra en República Dominicana el 29 de septiembre de 1966 como categoría 5, causando 70 muertos y pérdidas por 10 millones de dólares.
David
El fenómeno que se conocería luego como David se convirtió en depresión tropical el 25 de agosto de 1979 en aguas del océano Atlántico al suroeste de Cabo Verde. El 26 de agosto ya era una tormenta tropical y el 27 de agosto alcanzó la categoría de huracán categoría 1 llegando ese mismo día a la categoría 2. Al siguiente día (28 de agosto) alcanzó la categoría 4 pasando su ojo muy cerca de Dominica y el 30 de agosto subió a categoría 5.
El 31 de agosto tocó tierra en República Dominicana como categoría 5. Entró al país por San Cristóbal, específicamente Nigua, en horas de la tarde, siguiendo una ruta hacia el noroeste hacia Monseñor Nouel, zona donde el 1 de septiembre bajó a categoría 4. De ahí, ese día siguió su ruta hacia el oeste para salir rumbo a Haití por la zona de Elías Piña.
Resultados de David: 2,000 personas muertas y pérdidas calculadas en 829 millones de dólares.
Georges
El fenómeno tropical era una depresión tropical el 15 de septiembre de 1998 al sur de Cabo Verde, luego en su ruta por el océano Atlántico, el 16 de septiembre se convirtió en tormenta tropical, el 17 de septiembre huracán categoría 1, el 18 la categoría 2, el 19 la categoría 3 y 4, bajando a 3 el 21 de septiembre fecha en que su ojo cruzó sobre Antigua, luego Charlestown, Islas Vírgenes, para ese mismo día entrar por el mismo centro de Puerto Rico, causando severos daños.
El 22 de septiembre su ojo tocó tierra en República Dominicana con categoría 3 por La Altagracia siguiendo su ruta hacia el noroeste por San Pedro de Macorís, La Romana, cruzando su centro por el norte de Santo Domingo, específicamente al norte de la comunidad San Antonio de Guerra para hacer un giro hacia el oeste y seguir por la zona norte, La Cuaba, Villa Altagracia (San Cristóbal), seguir por el norte de lo que hoy es la provincia San José de Ocoa, Sábana Queliz en el Parque Nacional Valle Nuevo, tras lo cual bajó a categoría 1 el 23 de septiembre. Continuó por San Juan de la Maguana y salió por Elías Piña.
Según un estudio de la Cepal, el monto total de los daños ocasionados por el huracán Georges en 1998 se estima en 2,193 millones de dólares.
Datos de obtenidos por satélite sugieren que pueden haber caído hasta 39 pulgadas de lluvia (990 milímetros) en partes de la República Dominicana y Haití durante un período de 24 horas, según NOAA.
Tormentas
También son recordadas las tormentas Federico (1979), Noel (28 de octubre del 2007), Olga (11 de diciembre del 2007) y Franklin (22 y 23 de agosto de 2023) como fenómenos destructivos.