Ecuador logró controlar y sofocar este sábado (13.01.2024) la serie de motines carcelarios iniciados de forma simultánea con la oleada de violencia criminal vivida esta semana y liberó a los más de 150 rehenes que permanecían retenidos por los presos, salvo un guardia carcelario que falleció presuntamente en un tiroteo.
Así lo anunció pasadas las 22.00 hora local (3.00 GMT) en un mensaje en redes sociales el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, quien confirmó la liberación de la totalidad de las personas que, desde inicios de semana, permanecían secuestradas en las cárceles de las ciudades de Esmeraldas, Latacunga, Ambato, Cuenca, Azogues, Loja y Machala.
El guardia perecido se registró en la cárcel de Machala, donde en la noche del 12 de enero aconteció un tiroteo pese a que el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad (SNAI) -la agencia penitenciaria del Estado- había asegurado horas antes que el motín ya estaba controlado.
Los motines se habían vuelto el foco de esta crisis de violencia iniciada el 9 de enero con una serie de atentados y acciones intimidatorias que incluyeron el asalto de un grupo armado a un canal de televisión, lo que llevó al Gobierno a declarar la «guerra» contra estas bandas, a las que ahora cataloga como grupos terroristas.
En las cárceles llegaron a ser al menos 178 los rehenes entre guardias carcelarios y personal administrativo que comenzaron a ser liberados a cuentagotas en los días siguientes al estallido de la crisis hasta que este sábado se consiguió la liberación del resto, algo más de 150 según las últimas cifras oficiales.
El proceso para la libertad de los rehenes
En Esmeraldas, la liberación de once guardias carcelarios fue pacífica y se dio mediante una negociación donde intermedió la Iglesia, mientras que en Ambato ingresaron las Fuerzas Armadas para reducir a los presos y sacar a los trece guardias carcelarios allí retenidos.
Minutos después, el alcalde de Cuenca, Cristian Zamora, anunció la liberación de todo el personal retenido en la cárcel de la ciudad, también conocida como la prisión de Turi, donde los presos se habían subido durante la madrugada a los techos de los pabellones, desde cuyo interior se escucharon disparos y detonaciones.
Durante los cuatro primeros días de la declaración del «conflicto armado interno» han sido detenidos 1.105 presuntos delincuentes, 94 de ellos por presunto terrorismo, mientras que se han abatido a cinco presuntos «terroristas» y dos policías resultados muertos.