En el 2017, Caribbean Cinemas nos presentó «Colao», el primer proyecto cinematográfico producido por la empresa, con un guión de Jose Ramon Alama y José A. Paxtor, bajo la dirección de Frank Perozo y con un elenco de figuras dominicanas comandado por Raymond Pozo, Miguel Cespedes, Nashla Bogart y el actor dominicano radicado en el extranjero, Manny Pérez.
«Colao uno» nos presenta la historia de un cafetero de casi cuarenta años que decide venir a vivir a la ciudad en busca de lo único que no tiene: amor. La cinta termina con Laura y Antonio en medio de un campo de café consolidando su relación.
«Colao» se convirtió en un éxito de taquilla y actualmente es la segunda película más taquillera, no solo de la empresa, sino de la cinematografía dominicana. Así que no fue sorpresa para nadie que la compañía anunciara una segunda entrega (la insistencia de Manny Perez también ayudó).
Seis años más tarde, volvemos al cafetal. Laura y Antonio están viviendo en Jarabacoa y son padres de una hermosa niña. Antonio trabaja la tierra y Laura ahora trabaja de forma remota. Pero el final feliz les duró poco; la falta de comunicación ha creado una grieta en la relación y ahora, con la ayuda de sus primos, Antonio trata de resolver esa situación.
El guión de Miguel Alcántara funciona. Es una premisa simple que cualquiera puede seguir, y no necesitas conocer los eventos de la primera película para seguir la trama de la segunda.
La historia funciona por sí sola; nos presenta tres parejas con conflictos con los que la mayoría se puede identificar.
Frank Perozo funciona mejor cuando trabaja en comedias románticas. Ese es el género en el que él trabajó durante muchos años como actor, y es en el que mejor trabaja cuando está en la silla de dirección.
Habiendo dicho esto, creo que es momento de tomar un respiro de Frank y darle la oportunidad a nuevos talentos. Si bien hemos visto a David Maler en «No es lo que Parece» y a Jean Guerra colaborando en escenas de «Flow Calle», siempre es bueno probar cosas nuevas y darle al público algo diferente.
Hasta ahora, Frank ha sido el director de la mayoría de las cintas de la compañía. «Colao 2» pudo haber sido un cierre, 6 años y varias películas más tarde, pero ya sabemos que se filmó «Perdiendo el Juicio», la cual también veremos bajo la dirección de Perozo.
Uno de los puntos más fuertes de «Colao 2» es la química del elenco. Obviamente, al ser una secuela, todos los principales volvieron, y cuando tienes a Raymond y Miguel, ya hay una química de muchos años establecida. Pero también hay química entre Manny y Nashla, entre Raymond y la difunta Ana María Arias, que como siempre tiene un tremendo timing para la comedia y sus chistes siempre son acertados.
Raymond y Miguel hacen muy bien su trabajo como los conductores de la historia y cargan con la parte cómica de la cinta. Manny hace un excelente trabajo como el ingenuo campesino, pero una de las sorpresas más grandes de la película fue Karen Yaport en el papel de Micaela, la antagonista principal de la cinta.
Su presencia y su naturalidad en el papel nos hacen ver por qué decidieron crear ese personaje pensando en ella.
Lo único que le faltó fue un poco más de maldad, tanto a Micaela como a Ernesto, el personaje que interpretaba Alejandro Nones, y mejores momentos cómicos con Nancy, interpretada por Fidia Peralta, y Flor, interpretada por Tiby Camacho.
Francis Adames hace un muy buen trabajo en la fotografía, pero hay que destacar el trabajo de Jose Delio Arias en la edición, quien también manejó los efectos visuales de la película. Y si la cinta cuenta con una cantidad de efectos visuales que el público podrá disfrutar, desde un pequeño truco de clonación hasta una sincronización de voz que le quedó perfecta.
«Colao 2» es una película que podemos disfrutar en familia, una comedia que explora los diferentes problemas por los que pueden atravesar las parejas, de una forma divertida, acompañada de buena música, sólidas actuaciones y un gran trabajo por parte del equipo técnico.
Ahora solo falta que el público la apoye de forma masiva y que Manny comience a insistir para que veamos una tercera parte.