El expresidente Donald Trump dijo este lunes que, si gana nuevamente la elección como presidente de Estados Unidos, restablecería y ampliaría la prohibición de viajar a personas de países predominantemente musulmanes, suspendería los reasentamientos de refugiados y deportaría agresivamente a aquellos a quienes caracterizó de tener “simpatías yihadistas”.
Durante un evento de campaña en Clive, Iowa, Trump mencionó los ataques mortales de Hamas en Israel y generó temores sobre un posible ataque a Estados Unidos, mientras buscaba defender sus políticas de inmigración de línea dura. Sus propuestas equivaldrían a una reforma radical del sistema de inmigración de Estados Unidos y casi con seguridad enfrentarían desafíos legales de implementarse.
Durante su presidencia, la prohibición de viajar de Trump fue una política distintiva que limitó a los viajeros de siete países predominantemente musulmanes: Irán, Libia, Iraq, Sudán, Somalia, Siria y Yemen. Posteriormente, el Gobierno amplió la prohibición para incluir a varios países africanos. El presidente Joe Biden revocó la medida después de asumir el cargo en 2021.
Trump también dijo que implementaría un “fuerte control ideológico de todos los inmigrantes a Estados Unidos” y dijo que EE.UU. bloquearía a “peligrosos lunáticos, enemigos, fanáticos y maníacos para obtener la residencia en nuestro país”.
También sostuvo que prohibiría los viajes desde Gaza, Siria, Somalia, Yemen, Libia “o cualquier otro lugar que amenace nuestra seguridad”.
El expresidente añadió que revocaría las visas de estudiantes de “extranjeros radicales antiestadounidenses y antisemitas” matriculados en colegios y universidades estadounidenses y los deportaría. Trump criticó las protestas propalestinas y dijo que enviaría agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas a lo que describió como “manifestaciones proyihadistas”.
«Tenemos que proteger nuestro propio país», dijo Trump.