Ya fue atendida por el Gobierno Federal, una de las peticiones angulares del alcalde de Nueva York, Eric Adams y la gobernadora Kathy Hochul para intentar capear la caótica crisis migratoria. Y abrir en teoría, el camino de la independencia financiera a gran parte de las 59,900 personas que viven en refugios de emergencia de la Gran Manzana.
Una orden ejecutiva de la Casa Blanca, dada a conocer este miércoles, permite a los ciudadanos venezolanos que hayan ingresado al país, específicamente antes del 31 de julio de 2023, y cumplan con ciertos criterios de elegibilidad, aplicar a un Estatus de Protección Temporal (TPS). Es decir, un programa de alivio migratorio que por 18 meses los habilita a solicitar el Documento de Autorización de Empleo (EAD) y brinda protección temporal contra la deportación. Un esquema del cual han sido beneficiados por décadas, miles de inmigrantes de Centroamérica.
Esta medida, de acuerdo con proyecciones de organizaciones como la Coalición de Inmigración de Nueva York (NYCI), permitirá a más de 470,000 venezolanos en todo el país y específicamente a 60,000 que llegaron a la Gran Manzana, desde el año pasado, obtener rápidamente autorizaciones de trabajo y comenzar “de inmediato a contribuir a nuestra economía”.
“Nadie quiere salir de casa si no es necesario. Pero gracias a que la Administración Biden extendió y redesignó el TPS para Venezuela, las personas que se vieron obligadas a huir de la violencia y la inestabilidad, ahora tendrán una buena oportunidad de permanecer seguras y protegidas en Estados Unidos”, estimó Murad Awawdeh, director ejecutivo de NYCI.
Uno de los criterios de los líderes electos de Nueva York y de coaliciones comunitarias, es que al ofrecer este beneficio temporal a los venezolanos, mientras aplican o esperan respuestas por sus solicitudes de asilo, ayudará a la descompresión del colapsado sistema de albergues.
Los ciudadanos de esta nación suramericana, castigada por un régimen comunista y una espantosa crisis humanitaria, representan de acuerdo con algunos balances, entre el 60 y 70% del total de las 112,800 personas que desde la primavera de 2022, han sido acogidos por la Ciudad, luego de haber cruzado la frontera sur con México.
Los números que maneja la Ciudad de Nueva York, es que el 40% de los 60,000 que están bajo su cuidado proceden de Venezuela y, de ellos, 15,000 podrían recibir ahora el TPS.
“Más países merecen alivios”
Pero para portavoces de organizaciones que defienden a los inmigrantes, los venezolanos no son los únicos que experimentan este tipo de condiciones, que dificultan el regreso a sus países de origen.
“También se debe volver a designar el TPS para Honduras, El Salvador, Nicaragua, Nepal, Sudán, Sudán del Sur y Camerún, y crear nuevas designaciones para Guatemala, Mauritania, Malí, la República Democrática del Congo (RDC), Senegal, Haití y Nigeria. Necesitamos continuar brindando ayuda a todos los inmigrantes que buscan seguridad y protección”, solicitó Awawdeh.
La visión de la gobernadora Kathy Hochul es que la autorización de trabajo “es la salida” a la crisis migratoria, porque un estatus temporal, les permite salir del sistema de refugios.
Para agilizar estos procesos, el Departamento de Trabajo del Estado de Nueva York iniciará acciones de conexión de empleadores con los inmigrantes recientemente elegibles que están en camino de recibir el EAD.
Se ha movilizado a más de 70 miembros del personal estatal, que representan a 16 agencias estatales distintas, para ayudar en este esfuerzo de poner el acelerador a este proceso.
Además, se anuncia que funcionarios de Nueva York y del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos se reunirán en los próximos días para discutir otro tipo de acciones conjuntas..
“Los permisos no llegan rápido”
Ya desde 2021, cerca de 242,700 venezolanos que habían llegado al país hasta marzo de 2021, habían sido beneficiarios de este amparo migratorio. Esta medida permitirá que cerca de 500 mil ciudadanos de esta nación, que luego de esa fecha vinieron a EE.UU, puedan hacer estas solicitudes.
La caraqueña Roscio Figuera, de 40 años, quien emigró a la Gran Manzana desde 2017, cuenta que le emociona que sus “paisanos” que vinieron “realmente a trabajar y esforzarse”, tengan este alivio. Pero desde su experiencia personal, la cual califica como el “eco de miles”, esperó nueve meses por la tarjeta de autorización de trabajo.
“Yo estuve años, sin un papel. Y salí adelante antes, como miles de inmigrantes. Tener permiso de trabajo, te abre las puertas a más oportunidades, solo si tienes ganas de superarte, aprender el idioma y respetar las leyes“, aduce Roscio.
“Cuesta mucho independizarte”
En algunas consultas que hizo El Diario a inmigrantes recién llegados, albergados en el Hotel Roosevelt y Row, de Manhattan, este jueves se observaban aires de esperanza, dudas y desilusión.
Entre tantas historias entrelazadas, la principal preocupación de algunos venezolanos es que esperan familiares que vienen “en la ruta” y que llegarían sin poder optar al TPS, porque no entrarán en el aro de los plazos límite.
A otros, le angustia que tenían residencia de países andinos, en donde vivieron años, antes de venir a Estados Unidos. Y eso podría ser una “tranca” para aplicar.
Entretanto, la mayoría se notó feliz, porque piensan que reúnen todos los requisitos, aunque saben que las aplicaciones para familias de cuatro personas les costará más de $2,000. También se escucharon a voz baja, temores de algunos, que han tenido “problemas” con la policía y asumen que le pueda “aparecer” como antecedente criminal.
“Esta ciudad ha sido muy solidaria con nosotros. Así tengas trabajo, es muy cara para uno independizarte. Para criar a tus hijos hay muchas drogas y violencia. Yo estoy esperando arreglar todo para irme a otro sitio”, compartió un joven venezolano, de 28 años, quien vino con su esposa y dos hijos.
El mismo inmigrante detalló que se corrió un rumor, que cuando a las personas le llegue el permiso de trabajo, deberán abandonar los ‘shelters’: “Es muy difícil pagar una renta aquí. Es como tirarte a la calle”.
“Es sólo un primer paso”
Ante este anuncio, el alcalde Eric Adams, recordó que desde el 19 de abril de 2023 lideró esta petición bajo la consigna ‘Déjenlos trabajar’. A su criterio, la medida anunciada este miércoles, permitió dar el primer paso, a favor de los venezolanos. Aunque dejó claro que esto es solo una de las hendijas a esta complicada encrucijada.
“Tengo la esperanza de que podamos seguir avanzando para extender esta protección a decenas de miles de otros migrantes, provenientes de otros países”, aseveró el mandatario municipal.
En este sentido, Adams insistió que espera continuar con esfuerzos de descompresión nacional y autorizaciones de trabajo aceleradas, para que aquellos que ingresan a la ciudad, puedan valerse por sí mismos.
También aspira que esta “crisis global”, encienda el motor para un abordaje más integral, que abra el paso a reformas, que permitan dar beneficios a miles de inmigrantes neoyorquinos de larga data.
“Esto solo acelerará la crisis”
Como era predecible, la interpretación de la minoría republicana de la Asamblea Estatal y el Concejo de Nueva York es otra.
En un comunicado divulgado este jueves, por el caucus denominado ‘Sentido Común’, liderado por el concejal Joe Borelli, se concluye que “desafortunadamente nosotros estamos seguros que este beneficio del TPS para los venezolanos, solo acelerará e incentivará más la crisis para los contribuyentes neoyorquinos”.
En una misiva se destaca que si fuese cierto que la solución a la crisis es que se asigne autorizaciones de trabajo, a todos los que han venido desde los últimos 18 meses, eso significa que se debe tener un panorama más claro, sobre el desalojo de refugios construidos en parques, escuelas, y edificios públicos.
“Si algo ha quedado claro de este desastre migratorio, es que el gobierno federal no está interesado en proteger nuestras fronteras. Todos saben que esto sólo terminará, cuando la Ciudad pare los beneficios ilimitados a los recién llegados, a costa de restar beneficios a quienes pagan impuestos”, remató el comunicado.
El gobierno municipal ha recalcado que el presupuesto municipal, se verá obligado a recortar 5% en varias agencias, si no se reciben fondos especiales, para atender esta emergencia, que podría significar un desembolso de $12 billones en los próximos tres años.
De hecho, hace un par de semanas, el mismo alcalde “sacudió” a los neoyorquinos, al advertir que el arribo de un promedio 10,000 inmigrantes al mes, podría “destruir a la ciudad de Nueva York tal como la conocemos”.
¿Y la reforma migratoria?
Mientras para muchos inmigrantes venezolanos esta noticia significa un bálsamo, para otros miles, abre una inmensa interrogante.
Tal es el caso del líder comunitario ecuatoriano, Walter Sinche, quien exhorta a los líderes electos hispanos locales a dirigir la mirada a otros grupos de inmigrantes que por 50 y 60 años, han estado aquí sin la mínima oportunidad de soñar con un número de seguro social. Sólo han contribuido con el “sueño americano”.
“Como ecuatoriano, inmigrante y por justicia, exigimos que se consideren medidas de protección a un grupo que ha demostrado, que solo ha venido a este país, a trabajar duro desde hace varias décadas. Hoy nuestro país es un ‘Estado fallido’, que no solo sigue expulsado a miles, sino que está dominado por el narcotráfico”, destacó.
Por su parte, la dirigente comunitaria de Sunset Park, en Brooklyn, la mexicana Bárbara López, resiente que los líderes electos y dirigentes de organizaciones comunitarias de los cinco condados, se hayan olvidado por completo de las campañas nacionales de “Un camino a la ciudadanía para 10 millones”.
“Nos enterraron a nosotros. Pero solo les digo, que no estamos muertos. Los migrantes que por años hemos llegado aquí, sin exigir nada, solo dejando sangre en las rodillas, merecemos por lo menos, no nos corten beneficios, que hemos ganado con nuestros impuestos. No es nada personal, contra los recién llegados. El mensaje que recibimos, es que para poder ser tomado en cuenta, hay que llegar en masa y crear una crisis”, remató.