Ya era de conocimiento público que el fentanilo, un potente opioide sintético que es entre 30 y 50 veces más potente que la heroína, estaba causando estragos en la Ciudad de Nueva York. Que el número de muertes por sobredosis por el uso de este narcótico estaba en ascenso. Que su presencia estaba corriendo rápidamente por las calles de los vecindarios más pobres. Que los consumidores activos y ocasionales de cocaína y heroína, tienen un alto riesgo de consumir altas dosis de esta droga sin saberlo. Hasta allí.
Pero ahora, por una incidencia muy dolorosa, se sabe que incluso niños y personas inocentes, pueden ser víctimas fatales por inhalación de esta sustancia. Simplemente, por estar en el sitio equivocado.
Desde el pasado viernes, cuando el pequeño de 16 meses, Nicholas Feliz Dominici, murió de acuerdo con las versiones iniciales, por una sobredosis de fentanilo, mientras estaba en la guardería Divino Niño de El Bronx, las autoridades de la Gran Manzana han tenido que dirigir nuevamente la mirada firme, hacia un flagelo que parece estar tomando dimensiones monstruosas.
Otros tres niños también resultaron hospitalizados, por la inhalación de este producto. A la fecha, se encuentran estables.
Toda esta pesadilla, protagonizada por varias familias hispanas, empezó a las 2:43 de la tarde del pasado viernes, cuando las autoridades atendieron una llamada al 911, porque tres niños estaban inconscientes y no despertaban, en el 2707 de la Avenida Morris en El Bronx. Se trataba de dos varones y una niña de ocho meses.
Tristemente, Nicholas Feliz Dominici, de 16 meses, no sobrevivió.
En este caso, que conmueve a toda la ciudad, un niño muy pequeño, alguien que nadie pensaría estuviera en el mínimo riesgo de interactuar con opioides, entró en contacto con una sustancia poderosa que puede intoxicar al receptor mediante inhalación, ingestión o contacto con la piel.
“Es momento de actuar”
Ya el mes pasado, la asambleísta dominicana, Yudelka Tapia, justamente representante de El Bronx, encendió las alarmas de cómo el consumo y la distribución de opioides ilegales se estaban convirtiendo en una “bestia de 100 cabezas”, específicamente en ese condado.
“Esto era inimaginable. Y ahora doblemente doloroso. Qué padre se puede imaginar, que dejar a sus hijos en una guardería, a las horas se pueden a enterar que sufrieron una sobredosis por fentanilo. Esto ha sido devastador para todos. Y es una señal clara que debemos educar más a nuestras comunidades sobre cómo, en donde menos lo pensamos, puede existir la influencia de este narcótico”, destacó Tapia.
La legisladora isleña, quien promueve un anteproyecto de ley, para prohibir en Nueva York la comercialización de la xilazina, una anestesia de libre venta de uso veterinario, que al unirse con fentanilos o heroína, se convierte en una mezcla conocida ya popularmente como ‘Tranq’ o droga ‘zombie’, asegura que el fallecimiento de este “ángel inocente” debe ser un impulso para que se asuman medidas más aceleradas en la guerra contra esta droga letal.
Tapia está convencida que una sola ley, y mucho menos la prohibición de un producto, va a poner frenos a esta emergencia de salud pública, pero es momento para que nos aseguremos que las inversiones en salud mental, se estén canalizando de forma efectiva. Particularmente en los vecindarios más castigados por la expansión de este narcótico.
“Debemos usar más recursos para educar a las comunidades sobre la voracidad de este flagelo. Hemos observado la terrible falta de conocimiento en nuestros vecindarios de un asunto tan complejo”, remarcó.
Este año el estado de Nueva York, recibirá más de $2,000 millones a través de acuerdos de conciliación con fabricantes de opioides, que entre otras cosas se usarán en esfuerzos de prevención, tratamiento, recuperación, reducción de daños y educación para hacerle frente a la epidemia de opioides.
“Venden drogas en cada esquina”
Necesariamente no está muy claro, para la mayoría de los neoyorquinos, que el fentanilo tiene una acción corta y no se puede ver, saborear, ni oler, cuando se mezcla con otras drogas.
Mientras que el fentanilo farmacéutico se prescribe para el dolor intenso y los cuidados al final de la vida, el fentanilo no farmacéutico se produce de forma ilícita. Ahora, es común comercializarlo para mezclarlo con otras drogas como la heroína y cocaína.
Una madre dominicana de El Bronx, quien prefirió no revelar su identidad, asegura que desde que se legalizó la marihuana, en su opinión, se ha “abierto las puertas” a varias drogas que se venden abiertamente en cada esquina de su vecindario.
“La muerte de este inocente, nos duele a todas las madres que tenemos hijos en las escuelas primarias y secundarias. Porque sabemos que todos los menores están en riesgo. Las drogas las venden aquí como agua. Esto de la marihuana, desató varios demonios. Ahora todo lo mezclan. !Esto es espantoso!”, destacó emocionada la residente de El Bronx.
¿Qué pasó en la guardería?
Aunque todavía hay “áreas dudosas” en este caso, Joseph E. Kenny, jefe de detectives del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD), confirmó que las sospechas sobre la exposición de los pequeños a opioides, fueron motivadas por sus síntomas y por el descubrimiento de una “prensa”, comúnmente utilizada por los traficantes de drogas, para envasar grandes cantidades de drogas.
La hipótesis inicial, de la cual todavía faltan pesquisas adicionales, apunta a que los niños quedaron expuestos cuando se procesaba o se “cortaba” el fentanilo, en algún área cercana al sitio de descanso del centro de cuidado.
Posiblemente, una cantidad importante de la sustancia flotó en el aire, lo que les permitió inhalarlo, explicaron fuentes policiales.
Por su parte, Karl Miller, asistente del fiscal de distrito del condado de El Bronx, dijo que se decomisó un kilo de fentanilo en un armario en una habitación.
Por esta calamidad, el pasado sábado, Grei Méndez De Ventura, de 36 años, propietaria de la guardería Divino Niño, fue detenida junto al sospechoso Carlisto Acevedo Brito, un hombre de 41 años, a quien le alquilaba una habitación en el sótano del ‘Day Care’.
Acevedo Brito, es primo del marido de Grei Méndez.
La acusada se defendió ante el tribunal asegurando que “no sabía nada de la existencia de drogas en esa propiedad, pues simplemente rentaba una habitación. Es ilógico pensar que yo sabiendo que había fentanilo en mi casa, iba a llamar a la policía”.
Sin embargo, la propietaria de la guardería fue procesada el domingo por la noche en el Tribunal Penal de El Bronx, por poner en peligro el bienestar de los niños, posesión criminal de drogas y 12 cargos de agresión. Se ordenó su detención, sin derecho a fianza.
La pareja fue acusada además de conducta depravada y directamente por la muerte de Nicholas, por presunta exposición al fentanilo.
Hasta este lunes, el NYPD informó que la investigación “seguía activa”, pero están tras la pista del esposo de Méndez.
¿Tenían los permisos en regla?
La guardería Divino Niño es un sitio de cuidado infantil en el hogar, bajo la autoridad oficial de la Oficina de Servicios para Niños y Familias del Estado de Nueva York, que abrió sus puertas en enero de este año.
El Departamento de Salud e Higiene Mental realiza inspecciones regulares de este tipo de establecimientos. El pasado 9 de septiembre se efectuó una revisión oficial sorpresa. Y no se encontraron irregularidades.
“Hemos priorizado la crisis de sobredosis en el plan de salud mental de esta administración porque sabemos que afecta a todos. Y ahora, esto se ha hecho dolorosamente evidente este desafío que enfrentamos”, destacó el Dr. Ashwan Vasan, comisionado del Departamento de Salud e Higiene Mental de la Ciudad de Nueva York (DOHMH).