Las familias que residen al Distrito Nacional están acudiendo masivamente a los supermercados para garantizar el abastecimiento de sus alimentos tras el paso de la tormenta tropical Franklin, permitiendo a los comercios incrementar exponencialmente las ventas y ganancias.
Durante un recorrido realizado ayer por Listín Diario en los principales establecimientos del polígono central se logró constatar cómo los citadinos buscaban de una forma desesperada los productos alimenticios.
Durante un recorrido realizado ayer por Listín Diario en los principales establecimientos del polígono central se logró constatar cómo los citadinos buscaban de una forma desesperada los productos alimenticios.
En Sucursales del supermercado Nacional las filas que se hacían para obtener fundas pan y huevos acaparaban una gran parte de la edificación.
Específicamente en la sede ubicada en la avenida Abraham Lincoln, los estantes de embutidos y carnes estaban llenos en constante abastecimiento, ya que esta era una de las principales elecciones de los consumidores.
Maura López, de 50 años, manifestó que su objetivo, al igual que el de todos los demás, es estar preparar su casa para la llegada de esta depresión tropical.
“Yo estoy comprando, carne, huevo y líquidos”, contó López.
Una supervisora de este centro de venta, quien prefirió proteger su identidad, informó a Listín Diario que las ventas, motivadas por las alertas de lluvias, se ha habían triplicado desde el pasado lunes.
“Pudiéramos decir que se han triplicado todas las ventas de alimentos por este ciclón”, dijo mientras empleados movilizaban cajas repletas de diversos productos para continuar completando los estantes de mercancías.
En el supermercado Bravo, situado en sector La Lira, los parqueos se encontraban ocupados en su totalidad, ocasionando congestionamiento en las vías públicas.
Los conductores se estacionaban en espera de que sus familiares terminaran de hacer las compras, debido a que no había espacios disponibles para estacionar los automóviles.
Madres y padres de familia hacían filas extensas para poder obtener las proteínas y hasta se dividieron funciones con el objetivo de agilizar la compra.
“Mi esposo hace la fila en la caja y yo voy con el carrito recogiendo todo para que así podamos avanzar. Todos los supermercados están llenos y hace que se complique mucho”, manifestó una cliente.