El calor castiga al Oeste de Estados Unidos. Algo más de un tercio de la población del país, unas 113 millones de personas, está bajo alertas por las altas temperaturas. Desde hace semanas, una ola de calor ha castigado a decenas de poblaciones en Texas, Nuevo México, Arizona y California. El calor, que ha roto este año dos récords globales, no da tregua tampoco en una franja de más de 3.200 kilómetros que se extiende desde Oregón, en la costa del Pacífico hasta Luisiana, en el Golfo de México.
Los termómetros en Phoenix llevan desde el 13 de junio alcanzado o superado los 37 grados centígrados. Es una racha ardiente. La situación va a peor, pues el Servicio Meteorológico ha alargado los pronósticos de calor extremo. Los meteorólogos han advertido que este sábado y domingo se registrarán máximas de 47 grados en Phoenix. Todo indica que 2023 romperá el lunes una marca de 49 años. En 1974 hubo 18 días seguidos con el mercurio arriba de los 43 grados centígrados. Las cifras contrastan con marzo, que dejó el mes más frío para la región en tres décadas, con un promedio de 22 grados de máxima y 10,5 de mínima.
“Es posible que cada día de julio esté rozando los récords de máxima temperatura registrados”, advirtió esta semana Isaac Smith, del Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Algunos expertos consideran que la situación se mantendrá la próxima semana, cuando se desplace al oeste un domo de calor que se ha originado en Texas.
Al menos 12 muertes están vinculadas a las altas temperaturas en Phoenix en lo que va de 2023. Los forenses del condado de Maricopa, donde se encuentra la ciudad, estudian otros 55 fallecimientos porque creen que algunos podrían entrar en la categoría. Media docena de las víctimas mortales del calor eran personas sin techo, y un tercio era mayor de 75 años.
Por el momento, la cifra de víctimas del calor en Arizona es menor a la de 2022. A estas alturas del año pasado se habían registrado 17 muertes y otras 126 estaban bajo investigación. El año pasado provocó una emergencia, pues la ciudad registró 425 muertes asociadas al calor, un incremento de 25% comparado a 2021, cuando tuvo 339 casos. Las muertes se han multiplicado por cuatro en una década. En buena medida es por el aumento de la población sin techo en la zona de Phoenix. Este es uno de los grupos más vulnerables a las altas temperaturas.
El incremento de las muertes ha movilizado a las autoridades para intentar reducir el número de víctimas. Las autoridades de Glendale, un suburbio de Phoenix, han abierto este año tres nuevos centros para refugiarse del sol. Estos ofrecen a los habitantes de la ciudad, en especial a la población sin techo, la posibilidad de pasar las horas más calurosas del día en interiores y con aire acondicionado. La ciudad también ha acondicionado unos 200 puntos para refrescarse, pues ofrecen agua y sombra a quien los necesite. Estos centros han despertado ciertas críticas, pues cierran entre las 16.00 y 19.00 del día, dejando sin hidratación a muchos por la noche.
Las muertes asociadas al calor no son exclusivas de Arizona. En Las Vegas, en Nevada, los servicios de salud achacan a estos motivos siete fallecimientos desde el 11 de abril. El importante oasis turístico del oeste registró el año pasado 152 muertes por las altas temperaturas. El Gobierno federal estima que unas 700 personas mueren por el calor en el país cada año. Los activistas que luchan contra el cambio climático, sin embargo, califican estos números de conservadores y colocan la cifra real en los 1.300 fallecimientos.
El calor arriba a California
Después de un invierno lluvioso y una primavera nublada, el verano al fin ha llegado a un Estado que sufre de sequía crónica. Los expertos pronosticaron que este jueves comenzarían a subir las temperaturas por la llegada de una ola de calor, lo que dejará la época más cálida del año en el Estado más poblado.
El SMN ha advertido que el centro y sur de California serán las partes más afectadas por la subida de las temperaturas. La zona del desierto, donde se encuentra el turístico pueblo de Palm Springs, se encontrará con máximas de 48,8 grados centígrados y de 26,6 en promedio por las noches. El calor, que podrá sentirse en buena parte de la entidad, ha obligado a modificar algunos planes. La Feria del Estado, que arranca este viernes a las afueras de la capital, Sacramento, ha decidido cancelar algunas actividades con caballos ante el riesgo que los animales corren por las altas temperaturas.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, ha calificado al calor extremo como la principal amenaza climática para la ciudad. Un estudio de la universidad UCLA afirma que la mortalidad se eleva entre un 8% y hasta un 30% durante las olas de calor en la urbe. Las altas temperaturas, que en años anteriores se han extendido hasta mediados de noviembre, incrementan los incendios forestales y han hecho aumentar los ingresos hospitalarios. Bass ha anunciado para este fin de semana cuatro nuevos centros de enfriamiento para la población. También ha recomendado utilizar alguna de las 72 bibliotecas públicas de la ciudad a manera de refugio del sol.
Gavin Newsom, el gobernador de California, aprovechó el fenómeno climático para lanzar una campaña que pretende educar sobre la convivencia con las altas temperaturas. El político demócrata ha destinado 20 millones de dólares para que los ciudadanos planeen ante fenómenos climáticos cada vez más frecuentes; ubiquen los centros de enfriamiento en sus comunidades y aprendan a diagnosticar los síntomas relacionados con un golpe de calor o deshidratación. Todo apunta a que debemos de aprender a vivir con temperaturas extremas en un mundo cada vez más caliente.